“La mujer orquesta es la que cuida, pero no se cuida”
Durante siglos educaron a la mujer para que hiciera igual lo que hacía su madre y lo hacía su abuela. La enseñaron a cuidar a los demás tan perfectamente que ella llegara de manera natural a «ser invisible» y así no entorpecer su propia dedicación a los demás.
En determinados momentos, si es necesario, también ella misma tiene que saber auto-posicionarse como «la última de la fila». Esto para que su función de servidora sea mas ágil. A pesar de sentirse en cierta medida culpable de no poder hacer más, también estar siendo “un poco egoísta» por no llegar a todo.
En esta actitud de total disponibilidad es inevitable que le impida tener tiempo para sí misma. Y, sin embargo, debe saber desempeñar cualquier tipo de trabajo que le facilite la vida a los demás como una auténtica experta.
Creo que durante generaciones en las familias se le ha exigido solo a la mujer ser una auténtica “mujer orquesta”. Para muchas mujeres este rol de total disponibilidad y perfección no solo ha sido motivo de orgullo, sino el único motivo que le daba sentido a su vida.
“El corazón de las mujeres está tocado por una amalgama de afectos y presiones que las agotan” Dr. José Zamorano, Cardiólogo.
Hay todo un conjunto de factores ambientales, culturales, familiares, emocionales que hace que querer ser “mujer orquesta” es conseguir hacerte importante e imprescindible para los demás aunque sea a costa de sí misma.
Detrás de esta tendencia histórico-cultural excesiva de cómo cuidar a los demás y no cuidarse bien así misma, esta en como ha sido educada la mujer desde su infancia en el valor de la feminidad y la maternidad. En el caso contrario, no se le ha dado el necesario valor equidistante y complementario con la masculinidad y la paternidad.
Que el embarazo y la lactancia sean exclusivos de la mujer no deben limitarla de por vida a tener que cuidar a los demás, sin tener que dejar de cuidarse a sí misma de manera equilibrada y constante.
Si las mujeres desde que son niñas hasta su adolescencia han recibido casi en exclusiva cariño, apoyo, consejos y asesoramiento de su madre y su padre ha estado bastante ausente o muy lejano, entonces la niña ya hecha mujer, solo ve que tiene que tomar el testigo femenino de la madre para suplirla en todo sin mas aditivos afectivos por parte de su padre que no estuvo formando parte de su infancia.
- La ausencia real de la figura del padre en parte del desarrollo afectivo de una hija. Puede generar muchas más carencias de lo que parece en el rol del auto-cuidado de la futura mujer y potencial madre de familia.
- Sin la presencia activa de su padre no se termina de realizar su YO. Por ende, no ve la necesidad de despegarse de su madre ya que al no tener el referente de su padre le falta poner en valor otra parte fundamental del desarrollo de su YO.
Cuando una persona no se desarrolla afectivamente de manera completa, se vuelve más frágil en algún área de su vida y su autoestima puede verse afectada. Por eso, intentan suplir sus vacíos pensando que los demás la necesitan más de lo que realmente la necesitan. Pero esa sensación le calma la ansiedad haciéndole imprescindible y pensando que en cierta manera si ayuda a los demás, sus vidas están bajo su control y así es más poderosa y más dueña de ti misma.
«Todo un espejismo de debilidades y carencias disfrazadas de servicios»
Tus dotes de valer para todo y hacerlo todo bien a la vista de los demás están buscando recibir elogios que te hacen sentirte útil. Aunque por dentro te consideres «vacía y tomada el pelo».
Si te sientes así, piensa que entonces algo pasa con tu vida:
- Si dejas tus necesidades para el final
- Si dedicas excesivo tiempo a los demás.
- Si eres incapaz de decir NO a los deseos de los demás.
- Si te angustia separarte de tu madre.
- Si eres incapaz de estar sola con tus pensamientos.
- Si te avergüenza priorizar tiempo para ti.
Si la falta de empoderamiento natural como mujer te impide no solo cuidarte sino también ser feliz, ya estás llegando tarde a ponerte en marcha.
Hay madres que se apoyan demasiado en sus hijas para resolver sus conflictos de identidad personal. Hay padres que se mantienen ausentes y dejan a las madres para que eduquen solas a sus hijas. Ambos estarán fomentando futuras “mujeres orquesta sin alma” que no saben cuidarse individualmente, y que terminaran sintiéndose culpables si no mueren por los demás.
«Las mujeres orquesta y sin alma, necesitarían no hacer incompatible su propia identidad femenina con el derecho a saber cuidarse y atenderse. Aunque quieran cuidar a los demás con alma de mujer pero no haciéndolo a costa de su propia alma de mujer.« |
Saludos Dra. Sara Pérez-Tomé,
En parte es cierto lo que usted comenta de que a la mujer durante siglos se le ha inculcado cuidar de los demás y ser una auténtica mujer orquesta capaz de tenerlo todo bajo control.
Pero creo que también es cierto que la mujer como regla general suele ser muy autoexigente y perfeccionista. Además ustedes las mujeres tienen una capacidad innata multitasking increíble, para una mujer no es un problema poder gestionar y hacer múltiples cosas a la vez. Y también las mujeres son muy inteligentes, creo que hoy en día la mayoría de los hombres reconocemos que las mujeres son más inteligentes.
Muy inteligentes, multitasking, perfeccionistas, autoexigentes… Creo que en la mayoría de los casos son ustedes mismas quienes se transforman en mujeres orquesta.
Por último quería enviarle un link sobre una chica joven que es literalmente una «mujer orquesta». Esta chica además de tocar muchos instrumentos y cantar, es capaz de tocar varios instrumentos a la vez! Da conciertos por toda Europa. Esta chica es la demostración más increíble de que las mujeres pueden hacer muchas cosas a la vez!
http://www.lamujerorquesta.es
Atentamente,
Jorge
Muchas gracias por tu comentario que es muy de valorar viniendo de un hombre comentando un tema de mujer. Saludos