El intento de suicidio adolescente

Suicidio adolescente

El intento de suicidio adolescente

Suicidio adolescenteEl intento de suicidio adolescente.

¿Una alerta con solución o un drama sin punto de retorno?

Queridos padres, en la apasionante travesía de la crianza y educación de los hijos, nos enfrentamos a desafíos que nunca imaginamos que nos pudieran llegar a tocar. No nos enseñaron a ser padres, pero tampoco nos enseñaron ni prepararon para afrontar una posibilidad de estado mental patológico en nuestros hijos. 

Esta situación va mucho más allá de las típicas llamadas de atención.

Me estoy refiriendo a una de las situaciones familiares más impactantes y difíciles de abordar. Me estoy refiriendo al suicidio adolescente.

Siempre fue un reto tener un hijo adolescente, pero era un riesgo ya normalizado y del que más tarde o más temprano los adolescentes hacían «clic» y se convertían en pequeños adultos camino de su independencia física, afectiva y emocional.

Desde la pandemia, el mundo social del adolescente ha sufrido varios quebrantamientos. Ahora es tiempo de darse cuenta de la importancia de que todos los padres vean como crucial entender, prevenir y brindar el apoyo adecuado a vuestros hijos en momentos de riesgo emocional.

Hay padres que no aceptan un fracaso en sus hijos, hay otros que tardan mucho en verlo y, a veces, se dan cuenta demasiado tarde.

Y hay padres que cuando llegan a visualizar el problema de su hijo adolescente como un problema donde la vida de su hijo está en peligro ya hay demasiado por hacer con el tiempo en tu contra.

Con frecuencia, en los padres surgen preguntas orientadas a buscar respuestas con soluciones concretas:

¿Cómo detectar las señales de peligro en casa?

¿Cómo abordar el tema con mi hijo, antes de que ocurra o cuando lo sospeche?

¿En quién me puedo apoyar para darle como padres nuestra mejor ayuda?

 

Las cifras del último año de autolesiones e intentos de suicidio se han cuadruplicado. Llevamos según los datos del INE cuatro años seguidos batiendo records de cifras en muertes por suicidio. sin incluir las muertes accidentales donde también están enmascarados un elevado número de suicidios.

Solo en España se suicidan 12 personas al dia, de las cuales el 75% son hombres.

En cuanto a las cifras de suicidio en adolescentes en España se han incrementado en un 50%.

De los cuales en el 2023 murieron 75 adolescentes, 44 eran chicos y 31 eran chicas.

Por tanto, es necesario saber leer e interpretar las posibles señales de riesgo que pueda haber por el bien de los adolescentes, sus familias y la sociedad en general.

Os dejamos un video que publicamos hace tiempo en nuestro canal de youtube que habla sobre este tema: 

«El suicidio adolescente silencioso»

Veamos la toma de conciencia por parte de padres y cuidadores en pasos consecutivos:

    • Primer paso:

Como padres, no enfadarse, saber y comprender que las señales que de verdad podrían indicar un riesgo potencial y que no son enfados o llamadas de atención violentas, física o verbalmente es muy importante valorarlas y tenerlas en cuenta desde el primer momento y pedir asesoramiento.

    • Segundo paso:

Ver, como señales de riesgo, los cambios en el comportamiento de vuestro hijoDisminución de su habitual rendimiento escolar o directamente fracaso escolar y absentismo escolar.

    • Tercer paso:

Un aislamiento social progresivo normalmente va acompañado de cambios extremos de humor dentro de la familia. Cuando su abandono de higiene y cuidado personal, si se agudiza más de lo que habitualmente pasa con un adolescente, puede ser indicativo de un problema mucho más profundo.

 

Estos tres pasos no debieran ser resolutivos porque habremos llegado tarde, sino que más bien son preventivos y nos da tiempo para intervenir y buscar el apoyo  y ayuda que vuestro hijo necesita.

En estos casos, sacar buenas o malas notas, no es la parte más importante en la que debemos ayudar a vuestro hijo. Los padres debéis ser con ellos como “una potente antena parabólica” capaz de registrar las señales, por muy pequeñas que parezcan.

Aunque hablar con un hijo adolescente sobre el suicidio puede resultar incómodo e incluso a veces chocante, alarmista o extraño, si hay indicios es mejor establecer cuanto antes un diálogo abierto y empático. Vuestro hijo puede tener otros referentes que no sois vosotros como padres (redes sociales, amigos…) por lo tanto, es esencial que generéis un vínculo con ellos cuanto antes.

El vínculo se crea cuando se establece un ambiente de tranquilidad y confianza, donde los adolescentes se sientan cómodos al hablar sobre sus emociones y pensamientos sin que se precipiten conversaciones dramáticas. 

Vosotros los padres no tenéis que tener ningún miedo a abordar directamente el tema. Esta actitud, al contrario de lo que antes os pareciera, no incita al suicidio y es fundamental abordar con tranquilidad del problema, y permite un espacio de comunicación fundamental para poder terminar pidiendo ayuda de verdad en el momento adecuado.

Es muy normal que  los adolescentes puedan sentirse incomprendidos o solos en su dolor.

Y esta es la primera alerta para unos padres. Antes de que se encierren en su incomprensión o soledad, los padres deben estar muy presentes en sus vidas porque son ellos los que deben desempeñan un papel vital de primera necesidad. Incluso creyendo que vuestro hijo es insoportable o que no hay quien lo entienda.

Él nunca debe ver a sus padres como el “del otro lado de la cera”. A pesar de la dureza de algunas convivencias, los que pueden darles el primer apoyo emocional o los que pueden ser los primeros en buscar recursos externos, lógicamente, sois vosotros, los propios padres.

Entender que el suicidio es multifactorial, y que está relacionado con problemas mentales, estrés social y falta de apoyo, nos permite enfocarnos en la necesidad de proporcionar un entorno comprensivo y de aceptación. Al tiempo de ser, como padres, parte de su solución y no parte de su problema real.

La prevención educativa vital implica estar alerta, pero también actuar proactivamente. Porque no se trata de sobreprotegerlos o atenderles por compasión o por pena, pues esa actitud los fragiliza aún más si cabe en su situación.

    • Se trata de enseñarles habilidades para afrontar sus miedos o frustraciones.
    • No dejarlos demasiado tiempo solos o desconectados, no solo de la familia, sino de otras relaciones saludables como el deporte o los hobbies.
    • Motivarlos para que sepan vivir desde el bienestar emocional de cada día.

Cuando hay padres que han llegado tarde a ayudar y dar apoyo a sus hijos, se avergüenzan socialmente y hacen un tabú del intento o del suicidio adolescente dentro y fuera de la familia.

Y, sin embargo, si hay algo positivo en situaciones dramáticas como estas es el sentirse comunidad con el colegio o con otros padres en situaciones parecidas. Los padres que tapan y ocultan el problema, están haciendo con su hijo todo lo contrario de lo que su hijo realmente necesita: el apoyo preventivo y positivo. 

Hoy en día, tanto en la escuela como fuera de ella, hay muchos programas de ayuda tanto entre iguales como entre familias y sus hijos. Padres y educadores deben estar siempre en permanente comunicación.

  • Un colegio debe saber si un adolescente se ha pasado todo el fin de semana llorando o encerrado, sin comer en familia o sin lavarse.
  • Unos padres deben saber cuándo su hijo no está integrado tanto en el aula como en el campo de deportes o en el comedor. 
  • Si entre ambos, padres y educadores, existe colaboración y buscan el bien del adolescente, podemos conseguir un ambiente de cordialidad muy poderoso para poder identificar y abordar estos problemas de manera preventiva.

Padres y educadores estamos obligados a entendernos sin demonizar y centrarse en buscar el bien del adolescente, para que esta etapa no sea una etapa sin retorno; sino una etapa con billete de ida, pero siempre con vuelta garantizada.

El tema de la observancia de un posible suicidio adolescente es delicado, pero crucial.

Los padres no podemos permanecer pasivos ante esta realidad.

Los padres debemos reeducarnos y estar alerta.

Los padres debemos reinventar nuevas líneas de comunicación  y ofrecer a los hijos un entorno comprensivo y de apoyo.

Hoy, más que nunca, nuestros adolescentes necesitan sentirse amados, comprendidos y respaldados principalmente por sus padres y no solo reconocidos académica o  socialmente.

 

suicidio adolescente

 

Recuerda siempre buscar ayuda profesional si sospecháis que vuestro hijo se enfrenta a un riesgo de suicidio. No estáis solos en esta lucha.

Con amor y esperanza.

Sara Pérez Tomé

 

Deja un comentario

× ¿Cómo puedo ayudarte?