Cuando la violencia intra-conyugal te atrapa en tu almohada

Cuando la violencia intra-conyugal te atrapa en tu almohada

Violencia intra-conyugal, el aborto y sus secuelas en el padre y la madre. Las relaciones intra-conyugales son una parte muy importante del entramado de las relaciones familiares, son de tal calibre e importancia que normalmente debieran servir para cohesionar el apoyo y la confianza mutua  propios del amor entre dos dentro de cada familia. Pero si no se cuida lo suficiente la violencia intra-conyugal puede atraparte en tu almohada

No hay ni habrá confianza ni ayuda mutua si en lugar de tener unas cuidadas y buenas relaciones intra-conyugales, nos provocamos actos de violencia que afectan a nuestra intimidad.

Cuando las relaciones intra-conyugales rompen su equilibrio natural, se suele romper también su ecosistema afectivo y emocional

Entonces se dejan entrar en nuestra vida de pareja algunos factores que solo sirven para minar el buen trato intra-conyugal y todo lo que ello lleva consigo. El buen y el mal trato intra-conyugal reposa sobre un poliedro de buenas costumbres, valores y pautas educativas que la mayoría de las veces son heredadas desde el punto de vista cultural, religioso, social y/o legal. 

Pero algunas de estas formas de convivir se suelen asumir de manera pasiva, pase lo que pase, hasta que ya no se puede más y entonces ya sin ser capaz de rectificar a nivel personal y con una escasa cultura del perdón empieza el deterioro de las relaciones intra-conyugales echando sus raíces el desamor y la desilusión por el otro.

Hay dos tipos de agentes violentos intra-conyugales que actúan muy negativamente en las parejas, haciendo del tiempo algo en contra y no algo a favor de los dos que se aman,  llegando a intoxicar el ambiente hasta la saturación.

 Causas exógenas que pueden desencadenar violencia intra-conyugal:
  • Los celos injustificados y permanentes por parte de uno de los dos.
  • Dualidad en las formas de vivir y trabajar fuera  y la conducta que mantienes en privado con tu cónyuge.
  • Dudas permanentes sin consistencia real pero que invitan a la desconfianza por parte de alguno de los dos.
  • Permitir intromisión de las familias políticas o los amigos íntimos para poder hacer juicios de valor sobre vuestra forma visible de quereros.

Causas endógenas que pueden desencadenar violencia intra-conyugal:
  • Una infidelidad esporádica de uno de los dos o por parte de los dos.
  • Una infidelidad sostenida y mantenida en el tiempo por uno de los dos cónyuges o por parte de los dos.
  • Aborto provocado por un embarazo imprevisible por una infidelidad.  
  • Aborto provocado por un embarazo inesperado dentro del matrimonio o de una relación mas o menos estable.

Todos estos ejemplos y por desgracia podría haber muchos mas, son algunos de los motivos que van engendrando un fuerte entramado de dudas, inseguridades y culpabilizaciones mutuas que solo producen una muy mala comunicación basada en un tipo de  violencias que a veces se hacen visibles y otras muchas invisiblemente silenciosas para el mundo que les rodea pero no para cada pareja que lo sufre y que les va dejando con el tiempo sin defensas personales y afectivas a los dos.

Si existe hoy un discurso progresista y con futuro es el que contempla a los hombres y mujeres desde la reflexión  sobre las consecuencias que se producen en las personas que  viven muy de cerca la interrupción voluntaria de su embarazo;  ya que esta  en juego la calidad de sus vidas desde el punto de vista  de su salud  física, emocional, afectiva y espiritual.

Quizá las Causas Exógenas mas conocidas públicamente han sido siempre por temas relacionados con los celos y la infidelidad manifiesta

Cualquiera de las dos razones sí son rechazadas socialmente por el daño público y/o privado que hacen al otro, y también al protagonista y causante de la situación.

Sin embargo las Causas Endógenas que alteran la armonía intra-conyugal profundamente, son normalmente ignoradas o relativizadas. Me refiero a todas las causas que principalmente se refieren  a  los abortos provocados en pareja. Curiosamente ante estas situaciones, surge un pacto de silencio tanto  íntimo  y personal como social.

Cuando en un matrimonio se autoriza a sí mismo el aborto provocado de un hijo ya concebido, o con la mera sospecha de haber sido concebido, la complicidad de ambos se convierte en una espesa bruma que no deja entrever claramente el verdadero lenguaje afectivo y emocional  propio de dos que se aman. Se empieza por tener miedo a las formas de hablarse y expresarse y al final se acaba teniendo miedo  hasta por las formas de expresar el cariño.

La decisión de interrumpir un embarazo que se toma en el Presente, con el fin de obtener un prometedor Futuro Perfecto, acaba atrapando a los dos en un Pasado Imperfecto, sin que sea posible ya, cambiar el error, tanto para la mujer-madre como para el varón-padre

Aunque la nueva vida se construye sobre  un recipiente eminentemente femenino, parte de esa vida también tiene contenido masculino al menos en un 50%, si los números y la ciencia no fallan. Solo que la interrupción voluntaria, la viven de manera diferente los varones-padres de las mujeres-madres. Ni mejor ni peor, de manera diferente:

  • El hombre que es consciente de que ha podido ser padre, simplemente no lo olvida y al atardecer de su vida mirará la situación y la decisión  con verdadera nostalgia y como parte de los errores propios de su juventud aunque  tuviera  18 o casi 40 años cuando  fue espectador y/o protagonista  de dicha perdida.  Y como  la vida da muchas vueltas… a veces demasiadas, las cosas se llegan a ver diferentes con el paso de los años.
  • La mujer sin embargo no solo no olvida, sino que además se toma la interrupción, lógicamente, como algo personal, pues ella estuvo mas cerca que nadie del nuevo hijo.
  • Según las circunstancias, le suele producir una ruptura emocional y afectiva que intenta superar auto-engañándose, pensando que el tiempo todo lo cura, que con el paso de los años se pasará, que esa deuda con ella misma, con la naturaleza y con la sociedad, tan difícilmente sobrellevable, con el paso de los años se saldará con otros hijos o quizás con los nietos.
  • No podrá evitar en algunos casos proyectar su culpabilidad sobre el resto de los hijos, anteriores o los que pudieran venir después. Cuando esto ocurre tiende a la sobre-protección de manera enfermiza hacia ellos.
  • Hacia su marido, si sigue compartiendo su vida con el, o hacia la persona con la que ahora comparte su vida afectiva, le cuesta ser sencilla y capaz de transmitir sus mas íntimos sentimientos de amor hacia el otro, por falta de amor a si misma, hasta llegar a sentir un rechazo afectivo patológicamente inexplicable hacia el hombre que comparte su vida. La violencia intra-conyugal ha hecho mella en su naturaleza mas íntima. Siente que le falta un eslabón que une el amor al otro, el sexo con el otro y el amor a la vida.
No hablar de ello y poder ocultarlo al resto de los hijos y demás familia y amigos parece que alivia, pero es una sensación de cierre en falso por derribo, sin poder sanar  el problema interior de los dos

Tanto el varón-padre como la mujer-madre que consienten en la eliminación de un hijo no nacido, toman como primera medida pseudo-terapeútica, trasladar este mal recuerdo a la trastienda de su corazón malherido. No poder acoger en la familia a un hijo concebido puede ocurrir y por desgracia de hecho ocurre, pero la interrupción como solución parece una salida digna y nos hacen creerlo como tal, pero a medio y a largo plazo no es la solución .

Porque la vida es una carrera de fondo donde llegan al final y ganan, los que son capaces de superar las adversidades por si mismos y no  porque alguien le elimine los obstáculos que se encuentra en tu camino.

Romper la situación deshaciendo a la parte mas débil de la cadena de 3, es un TAPADO-TRAMPA:
  • Se termina haciendo «tierra quemada» de cualquier nueva comunicación afectiva potencialmente fructífera. Puedes acabar rechazando los besos, los abrazos y las relaciones sexuales por puro sentimiento de culpabilidad de lo que sabe que puede  suponer los afectos mutuos  en una relación sexual y los posibles  nuevos efectos que también pueden derivarse de ella.
  • Se enfría la capacidad de amar y ser amado sin miedo al futuro.
Si uno está tan seguro de lo que quiere cuando se procura a si mismo o favorece que la mujer incurra en un aborto:
  • ¿Por qué interiormente se siente culpable o intenta culpabilizar a algo o alguien para justificar su decisión de interrumpir un embarazo?
  • ¿Realmente se era libre cuando  se consintió deliberadamente un aborto?
  • ¿Pensó en alguien más cuando lo hizo.? ¿Pensó en otras soluciones o solo en los problemas?
  • ¿La mujer-madre se sentía muy sola en su nueva situación y la soledad la condujo a una decisión que en el fondo, volvía a dejarla sola otra vez ante la vida?
  • ¿Tenia algo que ocultar al otro con ese nuevo hijo en camino?

El amor así enfría a las personas que lo sufren. Solo se busca compensar los errores internamente justificados. Puede llegar un momento que te cuesta volver a mirar al otro de la misma manera que antes, al resto de sus hijos, o a los siguientes. La verdad es que algunos llegan a pensar que han  traicionado  la confianza que sus otros hijos tienen puesta  en ellos como padre y madre omniprotectores.

A partir de ahora sientes que solo proteges lo que te viene bien y que lo que no puedes asumir como padre/madre o lo acoges o lo terminas destruyendo. Sintiéndote sabedor de lo que eres capaz de destruir sol@ o en compañía, aunque el estorbo sea una persona  de tu misma sangre mina también la propia auto-estima.

En las relaciones intra-conyugales, si decidimos actuar con este tipo de pensamientos y actuaciones violentas, normalmente cada acto violento irá acompañado de una anestesia psicológica que aparentemente anula el dolor a la agresión hecha.

Parece que lo que aparentemente no me duele, es que no me hace daño gracias a los avances de la ciencia

Tu corazón se metaliza y solo hay que tener el dinero que te garantice resultados seguros e indoloros, porque lo demás y los demás no importan.

Todavía no existe ninguna vacuna que nos evite el dolor en el alma por nuestras acciones violentas. Por lo tanto, si puede parecer que físicamente no pasa nada, espiritualmente  las acciones violentas tienen reacciones siempre a corto plazo que asolan, y repercusiones que nos devastan interiormente poco a poco y que asoman sus efectos unas veces también a corto, medio, y/o largo plazo. Son repercusiones que surgen cuando menos nos lo imaginamos y con quien menos nos lo esperamos. Los actos hechos y resueltos con violencia y  por  desamor acechan hasta encontrar el  momento mas idóneo  y así  pasar la factura oportuna. Bajar la guardia en los actos de amor y de cariño utilizando la violencia tiene esta mala contrapartida

En resumen:

Aunque al principio no se ve al bebé, sí existe, y tu estás embarazada. 

Y aunque parezca que el embarazo es solo tuyo, porque lo llevas dentro sólo tú, es también del otro.

Conciliar dos voluntades ahora y siempre ante un mismo hijo es el mejor reto personal de tu vida personal, conyugal y familiar

 

Datos a tener en cuenta (Fuente  IRMA, Instituto para la rehabilitación)

Pacientes que sufren depresión después del aborto:

Disfunciones y/o secuelas de la interrupción del embarazo que experimentan los pacientes: distanciamiento de la pareja, aislamiento, apetito incontrolable, dificultad para concentrarse entre otras.

Información demográfica: Más del 60% de las mujeres que inicia una vida sexual activa entre los 15 y 25 años experimenta un aborto.

Comment ( 1 )

  • PETRA

    Como parece que el aborto inicia una nueva singladura, no queda más remedio que no pasar de largo y comentar algo, en relación con el post presente, su autora nos transmite una absoluta defensa de la vida. Es serio y aequible a cualquiera de buena voluntad. La defensa del aborto se fundamenta esencialmente en prejuicios, por falta de información, de formación ó por decisiones personales consecuencia de la revolución sexual a la que estamos sometidos, desde el poder, los medios y la educación. De tal forma no solo se ha legalizado, sino que ha adquirido el rango de derecho, cuando el único nivel inalienable del hombre es el «derecho a la vida». No se puede cuestionar el aborto. Simplemente es matar.
    La autora no trata de convencer a nadie, sencillamente, parece que aporta las experiencias profesionales de las personas que acuden a su consulta, hombres y mujeres, libres, que han pretendido utilizar el aborto como una terapia apropiada para una sociedad moderna, axifisiada por el bienestar y el placer y se torna indiferente, autosuficiente y relativista, confundiéndolo con una ayuda solidaria a la mujer.
    El aborto es la eliminación rápida de una vida que no pidió nacer, y que deja a sus autores maltrechos para toda la vida.
    Resumiendo, el sexo nos viene dado junto a nuestra naturaleza y para colaborar y perpetuar la especie humana, es un bien expléndido pero que debe estar ordenado su uso por los cauces debidos y que reclama estar atento a su comportamiento ético y moral.
    Lástima de los hombres y las mujeres que no podrán olvidar la decisión tomada tras un aborto y que ni en el atardecer de su vida podrán evitar la nostalgia.
    Comentario extenso,pero la cuestión lo requería.
    Muchas gracias Sara Pérez-Tomé por sus aportaciones, que no tienen que ser óptimas para todas las personas. A mi me gusta.

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