Tus vestidos huelen a ti

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CON MIS VESTIDOS QUIERO SER

CADA VEZ MÁS YO

La moda lleva muchos años siendo altamente agresiva con la mujer y de cómo se la percibe a través de las últimas tendencias de cada temporada.

Hay modas que no solo han dañado el cuerpo de las mujeres,. Además les ha creeado la necesidad de innecesarias cirugías estéticas o dietas que no paran hasta terminar por convertirlas en esqueletos ambulantes. Todo esto pone en riesgo sus vidas, e incluso puede llegar a robarles su alma femenina, que es la parte más invisible pero más poderosa que tiene la mujer para hacerla bella.

“Una mujer no vale por su figura, ni por la ropa que se viste, sino tiene que ser vista a través de sus ojos, porque son la puerta de su alma que es donde habita el amor” Audrey Hepburn.

Muchas de las modelos y las celebrities que más triunfan dentro del mundo de la moda, del cine o de la música resultan ser a muy corto plazo, mujeres que en sus declaraciones sobre su vida privada desprenden “un aroma muy personal” demasiado poco familiar, sano o saludable. (Kate Moss, Britney Spears, Miley Cyrus…) Estos ejemplos de éxito dentro de la moda no hacen más que contaminar emocionalmente a la gente joven y menos joven de lo que en realidad no debiera ser un modelo social. Porque resulta ser con su estilo de vida más un modelo anti-persona que un modelo estético de persona a la moda.

Los vídeos promocionales de música, moda o series más visitados y más premiados proponen a un modelo de mujer que, detrás de su ropa/no ropa y al ritmo de una música, solo se deja ver un cuerpo muy sensual pero que transpira vaciedad. Esto deja muy poco buen aroma a diseño, arte y persona detrás de cada mujer vestida según la tendencia del momento.

La moda tiene una parte de efímera y caduca y otra de novedosa y moderna. Pero en realidad la moda va y viene desde hace siglos, se van intercambiando texturas y colores con diseños. La moda es cíclica.

«Lo que hoy nos parece novedoso ya estuvo antes de moda y luego pasó y así sucesivamente»

Si ponemos las novedades de cada estación en su lugar y no nos dejamos arrastrar por el marketing de cada temporada seremos capaces de vivir la verdadera experiencia personal. Podemos vestirnos a través de nuestras emociones y sentimientos teniendo claro que con mis vestidos quiero ser cada vez más YO y no parecer cada vez menos YO. Podemos caer en la frivolidad de vestir como me quieran ver los otros porque YO no soy capaz de encontrarme a mí misma. Así le entrego a los demás el poder sobre el derecho a mi imagen y mi persona.

La mujer tiene que conseguir que la moda no esté limitada solo a:

  • Nuestra capacidad económica.
  • Nuestro estilo de vida.
  • Nuestra clase social.
  • Nuestro puntito de creatividad.

Hay que dar un paso al frente y convertir la moda en la mejor respuesta que yo puedo darme a mi misma.  Convertir mi concepto de ir a la moda en una forma de entenderme cada vez que me visto.

Tu armario con sus perchas y sus cajones deben estar llenos de «vestidos que huelan a ti». Así podrás decir con orgullo que tu vistes de “alta costura emocional”.  Porque todos esos vestidos serán la segunda piel de tu alma y nunca vas a querer un armario lleno de  vestidos “Pret a Porter de lo que se lleva”.

Si tus vestidos hacen daño a tu segunda piel, desproteges tu alma porque con tu forma de vestir puedes estar contradiciéndote en tus principios y valores  tales como la igualdad, la sexualidad, la estética, el medio ambiente, tu intimidad

Todos tenemos un aroma especial. Si tú y tus vestidos huelen a ti, no vacíes con tu forma de vestir el buen olor que tu alma es capaz de transmitir a cualquiera que te conozca. NO te olvides, siempre serás más feliz si tus vestidos SIEMPRE huelen a ti.

«La elegancia social no siempre está unida a la elegancia moral y a la felicidad»

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