¿Te has casado con una persona narcisista?

¿Te has casado con una persona narcisista?

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“Lo importante por descubrir en una persona narcisista no es lo que ves de ella sino lo que oculta y no dejará nunca que le descubras”

Mi experiencia en terapia es que detrás de un alto porcentaje de parejas con problemas de convivencia o de entendimiento hay una víctima casada con una persona narcisista.

Cuando uno se engancha y se enamora de una persona con un perfil narcisista es muy difícil ser capaz de ver su enganche personal y el peligro que le puede conllevar esta relación para el resto de su vida.

Lo habitual es que la persona narcisista esté integrada socialmente y con un aparente éxito social. Normalmente las personas que se enamoran de un narcisista son personas vulnerables o heridas en su infancia que encuentran en la fuerza del narcisista, la fuerza que a ellos les falta para vivir de manera autónoma y seguros de sí mismos.

Ambos entran a formar parte de un juego peligroso como si de un espejismo se tratara y  donde la persona que se ha enamorado del narcisista está convencida de que tal persona:

• Es la persona que mejor me entiende.
• Es mi “alma gemela” y con ella nada temo.
• Es la persona que más me conoce y mejor sabe lo que más me conviene.
• Es la primera persona que me ha demostrado que está siempre pensando en mí.

Una pareja donde uno de los dos es narcisista, es aquella donde uno de ellos es incapaz de realizar gestiones básicas por miedo a ser criticado o bien aceptado por el otro y que sin embargo es capaz de llegar a adaptarse con gusto a los mandatos o imposiciones aleatorias de su pareja con tal de que haya paz.

Este tipo de amor no es un amor equilibrado y lo  que define a la víctima del narcisista es que termina por estar siempre  “Comprando paz a precio de ruina” y esta compra puede llevarte  a lo largo del tiempo al mayor colapso emocional que puedas llegar a sentir a medio o largo plazo.

El colapso emocional se produce porque día a día la víctima esta vendiendo sus criterios personales y opiniones más personales e íntimas a un coste muy inferior al precio real de lo que vale su autoestima.

Y además mientras la persona se malvende para obtener paz, la persona narcisista nunca piensa que se equivoca y además necesita creer que su inteligencia debe ser reconocida de manera permanente a base de conflictos pequeños, medianos o grandes. Lo que haga falta hasta que el otro ceda en su resistencia por mantener la paz.

Aparentemente la persona narcisista va buscando ayudar al otro, pero en el fondo lo hace para alimentar su ego a cambio de la sumisión de su cónyuge a través de elogios continuos hacia ella, con tal de que no se enfade otra vez.

La persona narcisista se cree muy buena persona, pero lo cierto es que lo que es, es un destructor de los sentimientos de toda aquella persona que le hace sombra o hacia aquella persona que parece que le obliga a tener justificarse en todo lo que hace.

Los narcisistas no suelen ser una persona muy laboriosas pero sí que son grandes soñadores de proyectos donde poder gastar un dinero principalmente ajeno y que con sus grandes proyectos están justificado tener que ser ellos los que mandan sobre los demás. Porque son ellos y solo ellos, los que mejor saben cómo sacar adelante cualquier idea propia ya sea familiar, personal o laboral.

En sus proyectos siempre juega a ganar porque ocurra lo que ocurra siempre pueden decir que no se hicieron las cosas realmente como ellos sabían  que había que hacerlas, o se fracasó porque no les hicieron suficiente caso…

Cuando se les acaban los argumentos en los que poder seguir echando la culpa a sus parejas, hijos o amigos abandonará impunemente su proyecto (viajes, casas, fiestas, negocios…) y casi de manera automática comenzarán de nuevo a atrapar a personas con otra idea nueva y genial.

 

La persona narcisista parece una persona segura de sí misma y con capacidad de decisión, y sin embargo es una persona errática, desagradecida e inconformista con todo aquello que no se adapte a su persona.

El perfil de persona narcisista no es empática, no puede perder el tiempo en entender a los demás. Por consiguiente no se le da bien el sentido del humor, pero intenta esforzarse en hacerse una persona graciosa cuando sabe que en su cónyuge  el buen humor si puede funcionar. Pero nunca aceptará con agrado que otros hagan chistes sobre su conducta o sus ideas.

El narcisista es una persona muy interesada por la fama y el buen trabajo de los demás. Por lo tanto gran parte de su tiempo se estará proyectando en las redes sociales buscando maneras de encontrar reconocimientos, admiraciones y agradecimientos a su persona pero a nivel sentimental o familiar se le suelen olvidar las fechas importantes a no ser que dichos eventos le sirvan para conseguir o recuperar el control del otro.

Normalmente cuando prepara fiestas o eventos parece que son a la medida de los gustos de su pareja o hijos pero en realidad son a la medida de lo que a esta persona le gustaría que sucediese. Las fiestas de los demás son el capricho de sus propios deseos.

El narcisista lleva mal una relación de pareja pero también lleva mal la relación con todos aquellos a los que no consigue controlar. Utiliza el rencor y/o pasar desapercibido aparentemente hasta encontrar la ocasión pública donde poder humillar a su cónyuge o al que se le resista hasta hacerle sentirse mal porque es su manera de penalizar y así hasta conseguir de nuevo la sumisión personal por vergüenza ajena.

El narcisista es capaz de planificar “un enfado bestial” contra su pareja u otros, utilizando incluso datos confidenciales y humillantes del otro que le darán pie para como buen narcisista poder decir “a pesar de todo lo malo…te perdono”, “nadie te aguantaría o te puede querer como te quiero yo…”

Una persona narcisista nunca te dejará a ti, solo tú puedes librarte de ella, porque el narcisista se alimenta de ti y de su control sobre ti.

El narcisista solo expulsa de su vida al que se resiste y no claudica ante sus explosiones. Solo mantiene enganchadas a todas aquellas personas vulnerables y sin personalidad madura que puedan apartarse libremente.

El cónyuge de una persona narcisista está psíquicamente vacío, anulado y dominado ya que el brazo que mece la cuna de su vida es su pareja que gracias a su labor de años de manipulación, control y gritos o disgustos permanentes tiene a su pareja bajo su mando.

En la población en general se calcula que hay entre un 0,5% y un 2,2% de personas con una personalidad narcisista. Que en su mayoría son hombres o mujeres con un fuerte afán de dominio. El narcisista se deja ver socialmente y su forma de enseñarse le hace muy visible socialmente hasta el extremo de que pueden resultar, para quien los acaba de conocer, personas atractivas, con carisma y que deslumbran a los demás.

Este perfil de persona sabe encontrar la horma perfecta de su zapato y consiguen encontrar personas fáciles de doblegar o de conformar y que no resisten bien el conflicto. Existe más o menos un 30 % de parejas que viven unidos y sometidos al vínculo de un narcisista.

Un narcisista está por encima del común de los mortales, y solo se acerca a los demás cuando le interesa sobresalir y tener asegurado el éxito. Si no lo logra, espera en solitario a que se den sus circunstancias idóneas,  y cuando las encuentra va tejiendo una telaraña de control y confort donde no haya posibilidad de tener rivales o de escapar.

 

En definitiva un narcisista:

  • Es un mediocre disfrazado de “glamour y genialidad”.
  • Es un “confidente disfrazado” a quien se le confían datos sensibles para luego poder usarlos para su propio beneficio.
  • Es un interesado que atrae para lucrarse y se despide si ve en peligro su imagen.

El narcisista prefiere morir matando que asumir sus fracasos. Pero lo más preocupante de todo esto es:

  • Que no acepta su trastorno y por lo tanto no aceptaría atención psicológica aunque esté en juego su matrimonio.
  • Que cuando uno es víctima de una pareja narcisista y se da cuenta a veces ya es demasiado tarde para poder liberarse fácilmente o sin daños colaterales.
  • Cuando uno no se ha dado cuenta de con quien convive empieza a ser consciente de que él o ella, probablemente no ha sido la primera víctima del narcisista, y probablemente tampoco será la última, y que la siguiente víctima por orden de afinidad puede ser uno de sus hijos ( el más sensible, el menos seguro de sí mismo..)

 

Soluciones muy pocas:

  1. No dejarse liar por la telaraña que te  estará tejiendo a diario.
  2. Márcale muy claro que el terreno de tu autoestima está blindado y no vas a dejarle que te haga daño.
  3. Dejarle claro que lo tuyo y lo mío es nuestro y no solo tuyo.
  4. Resetear con frecuencia donde estáis  cada uno y donde no quieres estar tú.
  5. Prueba a tu cónyuge narcisista con preguntas como…
    • ¿Por qué te casaste conmigo?
    • ¿Te consideras una persona con cualidades especiales o super-poderes?
    • ¿Tienes y reconoces cuáles son tus debilidades?
    • ¿Para ti cual es el éxito en nuestro matrimonio?
    • ¿Para ti que significan nuestros hijos?
    • ¿Dime algo que creas que solo tú y sin mi ayuda has sido capaz de construir o descubrir?

 

En el fondo lo que más le puede atraer a un narcisista es casarse con alguien para toda la vida, para que con el tiempo hacerle ver  al otro que todo lo que hace  es por un amor incondicional, cuando  en realidad su entrega es por un amor de posesión.

Si estas casado con un narcisista, estás conviviendo con un problema no menor, de origen psicológico-psiquiátrico, que si no lo controlas sistemáticamente te ocurrirá el desastre al que nadie quiere llegar pero que es la única solución que es tener que romper tu matrimonio porque no está respetando el vínculo entre pares que dignifica y humaniza cualquier matrimonio entre personas sanas y equilibradas.

 

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