El baile es el lenguaje oculto del alma. (Martha Graham)
Desde que uno se casa es capaz de seguir siendo uno mismo junto a otr@ pero además entiende y comprende que con cada relación sexual-conyugal tiene ya explícitamente establecido un auténtico dialogo de dos, solo de dos y solo entre dos. Este dialogo tan íntimo y exclusivo entre dos, te refuerza los sentimientos de sentirse querido el uno con el otro.
Esta forma de dialogar va a ser el perfecto canal de comunicación de los propios sentimientos y pensamientos, no solo a través de las palabras sino también a través de los cuerpos de ambos.
«Pensando y amando de esta manera, una relación sexual es para cualquier pareja como bailar tumbados»
Bailando en tu cama desde esta perspectiva, tanto el amor como la admiración mutua producen la gran melodía de vuestra exclusiva complicidad. Tanto en la ceremonia como en la celebración de vuestra boda, ese día está lleno de simbologías que nos van a dar en un futuro mensajes de unidad y estabilidad conyugal.
Y esto es lo que pasará con el primer baile en público que celebréis el día de vuestra boda. Va a significar mucho después…
Bailar en pareja siempre será un ejercicio de tolerancia y empatía que se inicia cuando dos personas al ritmo de una melodía y uno de los dos inicia el baile llevando el ritmo o dejándose llevar por el otro, y es entonces ambos darán rienda suelta a su exclusiva complicidad como la mejor melodía.
Ese primer baile público, se volverá a repetir en privado en la más estricta intimidad conyugal cada vez que se celebra una relación sexual. Por este motivo bailar con tu pareja en tu cama es tu más profundo y a la vez delicado diálogo de dos cuerpos que se aman desde una sola melodía.
Cuando en las relaciones sexuales uno deja de bailar con el otro lo normal, es que sea por falta de la sintonía alcanzada en vuestra melodía, que brota de la mutua complicidad. Cuando esto llega a ocurrir en algunas parejas, es que están saltando las alertas de la incomunicación matrimonial por falta de diálogo íntimo y que por falta de no saber el por que de la nueva situación no eres capaz de ver:
¿Con quién bailas en tu cama?
Estas alertas suelen saltar aunque sigamos durmiendo juntos en la misma cama. Y aunque en público aparentemos ser felices y seamos capaces de comunicarnos como si no pasara nada con nuestros hijos, amigos y/o compañeros de trabajo. Este es el momento de hacerse una auto-critica seguida de una reflexión:
¿Qué me pasa a mí para no saber con quien estoy bailando en mi cama, o que nos pasa a los dos…?
¿Qué me lleva ocurriendo desde hace tiempo, o que nos pasa a los dos….?
- Cuando estando juntos en la cama, a los dos o a uno de los dos, nos da casi igual estar sol@ que acompañad@ porque incluso acompañad@ me sigo sintiendo muy sol@.
- Cuando estando juntos en la cama uno de los dos, estoy algo distraído pensando en otras cosas muy diferentes a lo que me antes me suponía el bienestar de estar juntos y a solas.
- Cuando estando juntos en la cama, a uno de los dos o los dos, me aparecen en mi cabeza terceras personas que nada tienen que ver con nuestra íntima relación de dos, solo de dos y para dos.
- Cuando estando juntos en la cama, uno de los dos o los dos, solo pienso en la idea de bailar en mi cama con el único fin de concebir un hijo o de evitar un hijo a cualquier precio.
- Cuando estando juntos en la cama uno de los dos o los dos, estamos compensando o devolviendo con ello algún favor o un servicio hecho por el otr@…
«No te engañes a ti mismo ni te justifiques, te conviertes en un mercenario del amor, porque el amor es siempre gratuito»
Y ya pensando con un carácter más general, ¿Qué me está pasando cuando estando juntos en la cama alguno de los dos o los dos alguien tiene demasiada prisa, demasiado sueño, demasiado dolor de cabeza, está demasiado cansad@?
Uno entonces puede llegar a concluir que a lo mejor
Uno de los dos o los dos, no sabe con quién está bailando en su cama, por tener desde hace tiempo «demasiados sin sentires en su cabeza»
La mala comunicación o la incomunicación conyugal no se recupera precisamente a base de grandes fiestas sexuales, sino con pequeños detalles de amor que te llevan a vivir eternamente tu GRAN AMOR. Ser tu mismo y no otro en esta relación es parte de sentirte cerca de tu GRAN AMOR. Y hay determinadas conductas y decisiones que han hecho posible que los dos o uno de los dos hayan dejado de ser ellos mismos.
Ser uno mismo es la clave para poder llegar saber con quién bailas en tu cama. Ser tu mismo te evita el llegar a pensar que » estas bailando en tu cama con un extraño o con tu peor enemigo».
Tengo una frase ya conocida por muchos en la que suelo decir:
“En algunas parejas que se comunican mal, les sobra cama y les falta sofá»
Cuando bailes con el otro… tener delicadeza y cuidado es fundamental para evitar tener «un pequeño traspiés o un gran pisotón durante vuestro baile» porque justo en esos momentos:
- Es fácil humillar o sentirse humillado.
- Es fácil sentirse vacío o sentirse rechazado.
En definitiva es fácil poder dejar de oír la sintonía de la complicidad que os hace bailar en cuerpo y alma la misma melodía.
«Las faltas de de admiración y de amor al otro son las que ensordecen vuestra melodía»
Si uno no reacciona a tiempo en este tipo de alertas, vuestro matrimonio puede empezar a deslizarse por un camino sin fácil retorno que te lleva directo hacia el hastío emocional y pasional de dos, que desde hace tiempo dejaron de bailar en la misma cama porque dejaron de oír su melodía particular y no hicieron nada entonces por arreglarlo.
Bailar íntimamente con el otro, no necesita muchas palabras ni adornos, pero si exige mucha delicadeza en el trato, mucha transparencia conyugal y una especial sensibilidad hacia las cosas que merecen un trato cuidado y especial.
Bailar juntos en la cama, no debe ser nunca el momento ideal donde verter los residuos emocionales o donde nos ponemos a hacer limpieza personal y emocional, a capricho y/o demanda, de todas carencias y debilidades propias a costa de secuestrar los momentos de felicidad de los dos.
Vuestro primer baile como casados fue vuestro baile de bodas y de ahí en adelante vuestra pista de baile ya no debiera ser en público como entonces lo fue sino en privado donde los protagonistas sois solo los dos y donde el espacio de intimidad os ayudara a proteger bien vuestra melodía de exclusiva complicidad.
Si has dejado de saber con quién bailas en tu cama, busca y reflexiona en tu interior hasta encontrar los puntos de admiración por el otro que se te han perdido en el camino de tu vida matrimonial y que te están llevando a ya no amar juntos de la misma manera y en definitiva a no bailar juntos de la misma manera.
Bailar juntos en la cama y saber con quién y por qué se merece vuestras mejores galas en habilidades personales como ya bailasteis juntos el día de vuestra boda haciendo también uso de vuestras entonces necesarias habilidades sociales.
Recuerda como fue vuestro baile de bodas y luego baila en la intimidad de tu cama como mejor sabes amar, dando lo mejor de ti mismo.
«Tu felicidad solo va a depender de que los dos sepáis hacerle feliz al otr@» |
Hablar de lo más intimo nunca es facil. Efectivamente la cama no sustituye al sofá. La relación sexual crea una empatíaa y una complicidad que hacen que el resto de la convivencia sea mucho mejor. Crea una comunidad de amor. Creo en definitiva que hay que ser un aristocrata del amor y para ello es necesario, como tu dices: Mucha delicadeza en el trato, mucha transparencia sexual y una especial sensibilidad hacia las cosas que merecen un trato cuidadoso y especial. La relación sexual tunea el motor, no lo arregla, lo afina y hace que funciones todo mucho mejor. pero claro, no aregla problemas, no es un método físico de enmedar un problema de convivencia bajando los humos.
Por Octavio Aláez
Ni siquiera bailamos en nuestra boda, dijo que no bailaba y no me permitió jalear con las palmas a la tuna universitaria que mi hermana había contratado, dijo que era una salida de tono…creo que en ese momento, con 20 años y casi 29 años atrás , me dí cuenta de que me había equivocado. Hoy con los años que han pasado, las vivencias que tenemos junto a nuestros hijos y con la vista puesta en el futuro de los años que aún nos queden por compartir (si Dios quiere), creo que si bien la música que escuchamos cada uno es muy diferente, hemos aprendido a bailar una melodía común, compartida y aunque no sea la mejor, lo más probable es que sea la más beneficiosa y la que más les guste a nuestros hijos.
Un saludo, Leticia.
Tu crees que todavia no estais a tiempo de encontrar una melodia exclusiva para vosotros? Es mas importante descubrir y cuidar el amor en la pareja que el amor a tus hijos u otra circunstancias. Quedarse juntos por los hijos puede tener las patas muy cortas para la pareja. Pierde el sentido de la igualdad y corresponsabilidad de la pareja. Yo de vosotros no me conformaba en quedar en ese espacio de confort e intentaria salur a buscar mucho mas. Muchas gracias por compartir con nosotros tu experiencia. Saludos Sara/Sophya