Reciclaje profesional, la alternativa al cambio

Reciclaje profesional, la alternativa al cambio

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Cuando no sabes si cursar un máster para dar un giro profesional a tu carrera, aprender un idioma o lanzarte a emprender, entre las opciones que se ofrecen en el Gabinete Sophya proponemos el PROGRAMA DE RECICLAJE PROFESIONAL, junto a esas alternativas de crecimiento profesional y personal.

 

 

 

Parafraseando a  T. S. ELLIOT:

“Sólo aquellos que se arriesgan a llegar a más, descubren lo lejos que se puede llegar”.

 

El Programa de Transición o reciclaje profesional  se apoya en el enfoque Talento Propio:  “Inspirar la identificación del talento,  potenciarlo y facilitar la transición que lleva a ejercitarlo profesionalmente, en coherencia con cada proyecto de vida, en armonía con el entorno y con conciencia social.”

 

Somos testigos de la evolución de los entornos profesionales desde el inicio de siglo, donde el nuevo paradigma es que lo único estable es el cambio y nuestro valor  en el mercado lo marca lo resilientes que seamos, para superar los obstáculos con agilidad.

“La vocación profesional es algo que se va concretando a lo largo de la vida, no pocas veces el que empezó unos estudios, descubre luego que está mejor dotado para otras tareas, y se dedica a ellas; o acaba especializándose en un campo distinto al que previó a principio; o encuentra, ya en pleno ejercicio de la profesión que eligió, un nuevo trabajo que le permite mejorar la posición social de  los suyos, o contribuir más eficazmente al bien de la colectividad; o se  ve obligado por razones de salud a cambiar de ambiente y de ocupación”.

 

Los cambios implican una mudanza de hábitos, en la vida personal o profesional. Y significa cambiar la manera de hacer las cosas y cambiar rutinas. Habitualmente escuchamos frases como “me cambio de piso”, “cambio de pareja”, “me cambio de empresa”, “me cambio de coche”, “me cambio de apartamento, de Jefe, …”, “me cambio de oficina”, situaciones a las cuales nos adaptamos -mejor o peor- a lo largo de la vida. Al cambiar una rutina sentimos un “desajuste”, como que no estamos acostumbrados, nos cuesta.  Y es que el miedo a los cambios suele ser un miedo a los finales.

 

La inversión o el RETO es en el hacer- puede ser energía, esfuerzo, disciplina, dinero, etc.- necesario para incorporar nuevas rutinas en el tiempo.

 

Aquí es cuando se requiere fuerza de voluntad personal o determinación empresarial, para seguir con el cambio hacia el objetivo marcado. Pasado un tiempo, la sensación de “desajuste” y el esfuerzo desaparecerán de forma paulatina y el nuevo hábito se va integrando en nuestra rutina o en la empresa.

Dado que el contexto económico internacional ha llevado a muchos profesionales, entre la población más joven con acceso al mercado de trabajo,  a buscar alternativas laborales con movilidad internacional, los profesionales con estudios universitarios muestran una mayor predisposición a la movilidad internacional. La posibilidad de enfrentarse a nuevos retos profesionales también es un factor para salir de España. Se trata de un objetivo que no se centra tan solo en encontrar un nuevo trabajo de forma inmediata, sino también en mejorar la preparación de cara al futuro,  aprender un nuevo idioma o perfeccionar uno ya conocido.

Llama la atención la coincidencia entre la necesidad de cambio en lo profesional impuesto por la dificultad de encontrar trabajo y la “discontinuidad” en la sociedad multicultural. Hoy la vida es considerada como turismo: no hay continuidad, sino discontinuidad; caminamos sin una dirección fija. El lema de un motorista lo expresa muy bien: “No sé adónde voy, pero quiero llegar rápidamente allí”. En la literatura se habla de la “oscuridad moderna”, del “caos actual”. El cambio cultural requiere personas con Talento: conocimiento y aptitud: cualificación técnica específica y carácter: actitud.

 

Y dado que la queja es permanecer en nuestra “zona de confort”, no sirve de mucho mirar hacia atrás, sino adoptar una actitud positiva.

Es importante saber escuchar los cambios de mentalidad, junto a las propias ideas. El ser humano no cambia en los deseos: lo exótico, lo especial. Se busca  lo apetecible, lo que me gusta y me va bien y también buscamos lo “seguro”: Quiero que alguien me diga con absoluta certeza cuál es el camino a recorrer, y que otro piense y decida por mí.

Cuando se ha dicho que “el hombre moderno es un gitano”  que no tiene hogar: sí tiene una casa para el cuerpo, pero no para el alma. Su estado es de falta de orientación, inseguridad, y también de soledad. Sin embargo la actitud es aceptar los cambios culturales, como tiempos nuevos y de cribar lo antiguo que no nos sirve.   “En toda la historia del mundo hay una única hora importante, que es la presente”, dice Bonhoeffer.

 

Parece que vivimos un cambio de era:

¿Entramos en una nueva etapa de la humanidad que reclama un nuevo modo de hablar, de explicar, de actuar y por tanto de trabajar.

 

En los ritmos de la naturaleza, se le llama “lírica”, a los tiempos en que la persona se prepara antes de retomar la siguiente  actividad.  Esta lírica se puede materializar en el:

¡párate y piensa!

 

Noemí Merchán Yuste

Asesora de estudios y carrera profesional para jóvenes

Asesora de transición profesional y talento para adultos

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