La interacción humana es necesaria para todos
Debemos estar con la gente. Y disfrutar de estar con ella, no por su utilidad sino como una necesidad de nuestro propio desarrollo y crecimiento personal. Necesitamos tratar y disfrutar de la gente para crecer por dentro.
La gente me gusta, desde el momento en que pienso que como cada uno de nosotros «somos muy nuestros». Por ese motivo siempre habrá algo que aprender o disfrutar del trato con los demás.
«Cuando seas inmune a las opiniones y actos de los demás, dejaras de ser víctima de un sufrimiento innecesario»
La gente deja de gustarte cuando te eriges en juez de las costumbres y modos de los demás, tus juicios te hacen sentirte superior hacia los otros y te hace subirte a una torre de marfil donde cuanto más les juzgues… más lejos estarás de ellos y probablemente serás en ocasiones muy injusto con tus juicios de valor y tus opiniones que harán que poco a poco «caigas en picado» hacia la soledad.
Pero para que te guste estar y disfrutar con la gente y que la gente le guste estar contigo, tienes que tener una vida social sencilla y sana donde no estés buscando reclamar atención de los que te rodean haciéndote víctima o protagonista de tu entorno de manera permanente.
Pero puestos a reflexionar sobre la necesidad de ser sociable, es mejor reclamar atención de los que te rodean que rechazar sistemáticamente el trato con ellos. Las personas que no se integran en su entorno vital son personas que generan tensión entre quienes les rodean y aunque no sea ese su principal objetivo, acaban siempre llamando la atención por la forma que tienen de rechazar las conductas de los demás.
«La persona que no disfruta de la gente, es una persona que provoca su propio rechazo social, rechazando el primero a los demás»
Con su actitud asocial esta persona nos está condicionando al resto. Cualquier acercamiento hacia una persona asocial puede terminar en conflicto por su exceso de sensibilidad en relación con lo que los demás piensan de ella. La hipersensibilidad social de las persona asociales se produce por su baja autoestima o su personalidad dependiente del concepto que los demás piensan de ella.
La persona que no disfruta ni de la gente ni de su trato con los otros, normalmente tiene un problema, aunque para ella crea que el problema lo tienen los demás con ella. Si te gusta la gente y disfrutas con ella y vives plenamente su presencia, incluso en los momentos difíciles o tristes es porque para ti es más importante el trato y el cariño que das y recibes de la gente que cada momento que se vive.
Las personas «disfrutonas» son felices en cualquier situación triste o alegre porque al ser felices disfrutarán de la compañía más que de las circunstancias.
Para disfrutar de la compañía hay que simplificar tus opiniones sobre el resto:
- Admitiendo a los demás como son sin entrar a juzgar sus actos personales.
- Hay también que apoyar a los demás o ayudarles siempre que los demás te pidan ayuda y consejo.
- Sin poner etiquetas a nadie por mucho que no estés de acuerdo o le conozcas muy bien.
Es importante respetar a las personas. Si le pones «un apodo» a un amigo, nunca le pongas «un mote» porque puede que solo te estés riendo tú a costa de él.
La amistad es mucho más que disfrutar de afinidades o de carencias, la amistad es saber disfrutar porque sí de la compañía de otros.
Disfrutar de la gente es también saber disfrutar de la persona que se sienta a tu lado en el avión o en el tren. O la persona sola que te pide ayuda para conseguir algo en la calle o en la sala de espera de una consulta.
Disfrutar de la gente escuchándola asertivamente te ayuda a querer y ayudar a los demás aunque la petición no te llegue en tu mejor momento.
«Dos farolas pueden ser hasta idénticas estando apagadas, pero solo ilumina y difunde luz la que esta siempre encendida, a las personas nos ocurre lo mismo» |