Los últimos 100 años de la re-evolución masculina en la familia

Los últimos 100 años de la re-evolución masculina en la familia


De nuevo,  en menos de 3 meses nuestra familia ha vuelto a aumentar. Ahora ha tocado que nazca un  chico que se llama Pablo.
Mi nieto Pablo es ya el tercer varón junto a sus primos Lucas y Nicolás dentro de la misma generación familiar.

Así que con el nacimiento de Pablo, vuelven a convivir  cuatro generaciones de varones  en nuestra familia: 1 bisabuelo (90 años), 2 abuelos (60 años), 1 padre (30 años) y su primer hijo recién nacido. Habiendo transcurrido casi 100 años entre la primera generación viva y la última. Hoy más que nunca 100 años son muchos años para que puedan cambiarse muchas cosas.

La coincidencia generacional, es producto del envejecimiento de la población que ha dado a los varones más años de vida y de calidad de vida para poder disfrutar de sus hijos y de los hijos de sus hijos…
Si el mundo de la mujer se ha dado la vuelta en 100 años,  el mundo de los hombres se ha re-evolucionado sobre sí mismo casi el mismo tiempo y ahora

«el hombre de hoy es mejor en muchas cosas, igual en otras
y  diferente en algunas».

La re-evolución masculina igual que ha ocurrido con evolución de las mujeres no ha sido del todo positiva en algunos aspectos a nivel personal como a nivel familiar o social.

Su bisabuelo nació cuando:
  • El hombre además de ganarse la vida, aspiraba a tener una mujer y una familia como parte de su desarrollo personal.
  • Estar casado le presuponía un estatus social o trofeo personal,  ya que la mujer que él elegía y ella se había dejado elegir,  le haría compañía y le daría unos hijos.
  • Tener h era garantía de futuro económico familiar cuando el llegara a la vejez.

En resumen, no estaba bien visto, quedarse soltero y/o no tener familia, era deseable casarse bien a cualquier precio.

Sus abuelos nacieron cuando:
  •  El hombre aspiraba a enamorarse de una mujer  no solo por su belleza y su potencial fecundidad sino porque ella también estuviera enamorada de él.
  • El hombre se casaba con el deseo de tener una mujer compañera. Que contara con suficiente formación intelectual  como para compartir con ella parte de sus actividades, negocios, empresas y ocio.
  • En aquellos momentos el hombre no había salido casi de los despachos para estrenarse en el hogar. Y la mujer todavía no había salido masivamente del hogar para  inundar los despachos. Pero ya empezaba a existir la necesidad de conciliar la vida personal con la familiar y la profesional.

Se empezaba a pensar…

«que no era bueno que el hombre estuviera sólo en el despacho y la mujer sola en su hogar, se necesitaba un cambio social y familiar»
Cuando su padre nació:

La despenalización del adulterio, la  ley del Divorcio, el aborto como derecho de la mujer, la fecundación in Vitro, la ley de Violencia de Género sólo para la defensa de la mujer, el banco de semen. Todo esto hacía del hombre un ciudadano con menos derechos y privilegios que obligaciones personales, sociales y familiares.
El padre de Pablo, mi hijo Pablo, es el 4º hijo de 9 hermanos. Y tanto él como sus otros dos hermanos varones han convivido con el resto de sus 6 hermanas. Durante gran parte de su infancia y adolescencia compartían funciones domésticas junto con sus hermanas de manera más o menos uniforme. Pero existía un desfase generacional con la persona de servicio que convivió con nosotros durante más de 15 años. Su formación cultural la hacía ser «una mujer machista.» En el sentido de que en cuanto me descuidaba un poco, facilitaba a mis hijos varones cuestiones domésticas que a mis hijas no se las regalaba nunca, ya que pensaba que parte de su trabajo en nuestra familia era

 

«mimar en algunas cosas a los chicos por el simple hecho de ser chicos;
y que algunas cosas no había que permitir a las chicas por el simple hecho de ser chicas…». 

Afortunadamente todos mis hijos, cuando llegaba el fin de semana se hacían expertos en poner lavaplatos, conocer que fregonas eran mejores etc. Gracias a esta forma de responsabilizarse en labores unisex dentro de nuestra familia, cuando ha llegado el momento de sus vidas de  enamorarse han elegido a la mujer de su vida y no a la mujer que le arregle la vida.
Desde que Lucas, Nicolás y Pablo han nacido,  hasta que lleguen a alcanzar su mayoría de edad, el mundo habrá superado el primer tercio del siglo XXI. Estos próximos 18 años son mucho más decisivos para mis tres nietos varones que  lo que les ha sucedido hasta ahora a todos sus antepasados familiares varones.
La diferencia de mentalidad que ya existe entre mi nieto y su bisabuelo y sus abuelos es abismal. Tanto su bisabuelo como sus abuelos conservan las cosas en el mejor estado posible…

«mientras que a los hijos de hoy no les interesa la conservación, la trascendencia y la inmanencia sino que lo que les atrae más la innovación y el cambio”

Esto ha hecho que los hijos, padres y abuelos tengan percepciones muy diferentes en cuanto a cómo tienen que vivir el presente y el futuro.
El hombre de hoy ha tenido que reinventarse sobrevolando muchas de las costumbres de la cultura masculina anteriormente recibida y que le hacían  un ser lejano, insensible, rígido y poco afectuoso para no parecer débil de carácter.
El hombre de hoy ya no quiere crecer oyendo «que los hombres no lloran, sino que tienen que pelear». El hombre de hoy quiere «dejar de pelear y empezar a llorar solo o acompañado cada vez que lo necesite de verdad».
Los cambios imparables a los que está sometida la figura el hombre en la familia y en la sociedad nos llevan a  reconocer entre todos pensar que: 

«Era muy necesaria esta re-evolución del hombre,
para que su presencia en la vida familiar y social sea tan imprescindible como lo es también la presencia de la mujer»

Los abusos producidos en las familias por hombres con mentalidad machista  han llevado a ver al hombre como una figura vacía de contenido sentimental y emocional  y un continente deformado por los excesos anteriores.
Sería del todo injusto que

» haya algunos hombres justos, que están pagando por otros  muchos hombres pecadores…»

Pero  la realidad sigue presente con cada muerte de una mujer o el maltrato de un hijo en manos de su pareja o su padre. Con esta realidad quedan sepultadas muchas vidas de hombres que dignifican el  respeto y el afecto a su mujer. Y también a sus hijos todos los días de su vida desde que se levantan hasta que se acuestan…

«Hay hombres con las manos manchadas de sangre que salpican las manos limpias de muchos hombres».

Hay  también otro tipo de hombres que habiendo confundido su sentido del honor,  les ha venido muy bien ignorar ciertas historias de su vida pasada:

  • Era fácil encontrar a hombres que no se hacían cargo o reconocían un hijo fuera del matrimonio. Y menos si era alguien de una clase inferior a la suya.
  • Ante cada embarazo familiar solían dejar sola a la mujer frente al embarazo.
  • Ante la crianza de los hijos hacían dejación de sus funciones educativas solo en la madre. Porque casi siempre los asuntos escolares o académicos de sus hij@s  no solían ser de interés preferente.
«Haber dejado sola a la mujer en funciones y responsabilidades de ambos por no tener conciencia de los necesarios trabajos en equipo como pareja ha sido uno de los grandes vacíos de los padres dentro de sus familias».

Durante estos 100 años han salido a la luz valores genuinamente masculinos que antes estaban ocultos. Estos han hecho que los hombres hayan perdido protagonismo, espacio y oportunidad de desarrollar y potenciar muchas de sus facetas masculinas que el feminismo radical ha hecho desaparecer como respuesta al ninguneo y maltrato del machismo durante muchas generaciones.
La re-evolución del hombre está sirviendo para poner de manifiesto que cuando el hombre puede y quiere es capaz de ser mejor.

Queridos nietos, os queda mucho trabajo por hacer.  No solo para seguir construyendo una nueva imagen del hombre actual sino recuperando en vuestra vida personal y familiar el territorio sentimental casi sin explorar. Intentar trabajar para hacer justicia a vuestra naturaleza y sentimientos y el resto debería caer por su propio peso…
De como vosotros os comportéis  dependerá el éxito de esta iniciada re-evolución masculina, y la felicidad de todos. No solo os queremos. También os necesitamos para cambiar a un mundo mejor que el que habéis heredado hasta ahora de vuestros bisabuelos, abuelos y padres.

 

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