¿Quiénes son los que de verdad mueven la economía?

Los problemas no son lo mismo solos que en compañía de los tuyos.

¿Quiénes son los que de verdad mueven la economía?

Los problemas no son lo mismo solos que en compañía de los tuyos.Los problemas no son lo mismo solos que en compañía de los tuyos. Uno de los múltiples problemas con los que se enfrentan el padre y la madre en estos momentos de crisis es «la soledad social», al final siempre  la familia es quien te ayuda a salir adelante en tus posibles soluciones. El titular de un medio especializado decía: «El gran motor de la economía trabaja en casa«, El País, 2007.

Afirmación, tan sencilla como sensata  y que dará qué pensar a los gobernantes para que se reconozca que las familias no son sólo una fuente natural de progreso y dinamismo demográfico sino que además son el origen de múltiples recursos gratuitos e invisibles fuera de toda cotización.

Desde este nuevo planteamiento el Estado se convierte en un  “parásito oficial” de las familias. Las familias terminando siendo micro-ongs, con mínimas posibilidades de subvención. Mientras que los bancos siguen pidiendo al Estado avales e intereses que rozan la usura, para garantizar sin riesgos sus beneficios anuales a costa del pago de la hipoteca de cada hogar.

 

«El Estado es el mayor fondo de prestaciones socio-económicas a las familias contra el trabajo de las personas»

Por otro lado a todos nos corresponde valorar en su justa medida el trabajo de la mujer dedicada en exclusiva al cuidado del hogar, a todos nos correspondería plantearnos el tener que erradicar la mentalidad de los que piensan que el peso de la atención primera en la familia tiene que recaer siempre en la mujer y/o madre.

Cultural y socialmente tendemos a elegir primero a la mujer-madre frente al varón-padre, aunque estén en igualdad de condiciones y posibilidades

Reservándose al varón-padre solo para situaciones muy emergentes donde no puede llegar la mujer-madre en primera instancia. Si queremos avanzar dentro de Europa en calidad de vida personal, familiar y laboral, empecemos por valorar del mismo modo tanto al varón-padre, como una pieza tan insustituible como a la mujer-madre.

Las bajas laborales por paternidad, la equiparación de sueldos y la reducción de jornadas es un “guiño travieso” del Estado, pues si no se solicita por parte de los padres y las madres de forma masiva, es difícil que sigan dando pasos consolidados empresarial, social y políticamente en esa dirección.

«No hay ley ni gobierno capaz de cambiar a una sociedad que se niegue a ello y la sociedad somos nosotros»

Pocas tareas familiares del padre o de la madre son insustituibles, la gran mayoría de ellas son  intercambiables. Ante el desierto demográfico de nuestro país, pidamos que se reconozca socialmente y se premie económicamente a las familias que con hijos y en muchos casos un solo sueldo por familia, además  se dedican a ayudar a quién más lo necesite dentro de  sus familias.

¿No está tanto el padre como la madre implicados personalmente en favorecer el bienestar en sus familias al 100%, aunque solo uno de ellos no genere ingresos y el otro solo genere atenciones a los demás?

 

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