La intolerancia y la soledad son efectos del perfeccionismo
Hay algunas personas que necesitan de la perfección permanentemente para sentirse bien consigo mismo y con los demás. Son personas que habitualmente buscan y esperan que a su alrededor siempre haya «personas pluscuamperfectas».
Estas personas se les suele denominar «perfeccionistas», normalmente necesitan estar rodeados de personas que incluso sean mas perfectas que ellos mismos y con ellas poder garantizarse así mismos la perfección que creen necesitar para estar tranquilos.
Tender a mejorar siempre es bueno y necesario. Mientras que tender a ser perfecto por sistema, es tóxico y no es empático
En las relaciones conyugales los perfeccionistas, uno de los dos o los dos, se buscan primero así mismos, pensando solo y primero en lo perfecto y lo previsto a lograr, olvidándose de pensar prioritariamente en lo mejor para el otro y solo buscando lo perfecto y lo previsto.
El que tiende de manera sistemática a la perfección en todo, solo se siente cómodo apoyándose en la perfección del otro, y se siente incómodo con los fallos o las imperfecciones del otro. Proyecta su tendencia en los demás.
En la convivencia diaria matrimonial y familiar, no es fácil tenerlo todo previsto y perfectamente logrado
Inevitablemente pueden surgir errores de bulto ante los distintos avatares diarios, tanto entre la pareja como de los hijos entre sí o con sus padres. Los posibles imprevistos algunas veces hacen que nuestras conductas parezcan o sean claramente imperfectas. Es precisamente en esos momentos cuando tenemos que hacer uso de la tolerancia: poniendo las emociones y los sentimientos en sentido positivo al servicio de los pensamientos de la manera mas razonable posible.
La forma comprensiva y tolerante de pensar, va a orientar nuestras actitudes ante las imperfecciones del otro u otros
Solo es perfecto lo divino. Lo humano frecuentemente es imperfecto, pero no por ello todo lo imperfecto e imprevisto, debe ser desechable o despreciable por ser mas incómodo o molesto.
El perfeccionista tiende a rechazar la enfermedad, la vejez, lo usado, lo erróneo y a todas aquellas personas que no ven con sus mismos ojos su personal orden en la perfección. Al perfeccionista, no le encaja fácilmente todo lo que no resulte con su personal valor 10 .
El perfeccionista termina por quedarse solo por su permanente afán y desmedido interés por querer controlarlo todo y además que para lograrlo necesita sentirse rodeado de todo lo exacto conforme a lo previsto. Pero sus sentimientos suelen ser de soledad, todos los fallos le hacen sentirse muy infeliz en sus relaciones con los demás:
Piensa que todos los suyos le fallan innecesariamente, porque él solo pide que todo sea perfecto y se cumpla según lo previsto
Necesita ser el controlador de la perfección que le rodea, aun a costa de acabar sintiéndose y encontrándose solo en su «perfección nivel 10», donde se olvida o llega a ignorar que lo principal y mas importante en la vida es:
Saberse y sentirse rodeado de personas que te quieren con sus imprevisiones, inexactitudes e improvisaciones
Este último tipo personas son las que probablemente suspendan en perfección, pero quizás aprueben y con muy buena nota en comprensión, paciencia, empatía, y flexibilidad hacia lo inevitablemente imprevisto e inexacto.
La perfección debe ser un medio para alcanzar la felicidad. Pero si la perfección se convierte en el único fin que garantice nuestra autoestima y seguridad, nos provocará una cascada de otro tipo de imperfecciones fruto de la intransigencia y la intolerancia que provoca el afán de perfección desmedido.
La complementariedad en las diferencias debe ser un apoyo y una ayuda para que unos y otros logren entenderse siendo a su vez tolerantes. Es mejor aspirar a alcanzar una mejora personal junto al otro con un 7, que sacar un 10 solo pero con el otro o los otros alejados de ti.
Ya sabes: «No se trata de pensar mucho mas, sino de pensar de otra manera…» Aprende a pensar diferente para vivir diferente.
Sugerencia: (imprime y pega en la nevera de tu cocina, «los cuatro acuerdos de la Sabiduría Tolteca»)
Si te interesa esta tema, no te pierdas el siguiente post: Enamorarse de lo imperfecto. (II/II)
El perfeccionismo es una enfermedad. Está bien preocuparse por hacer las cosas bien y demás. Sin embargo también somos humanos, cometemos fallos, nos cansamos…ésta es la realidad.
El perfeccionista está constantemente quejándose y esto hace de él algo insoportable. Hay muchas cosas buenas y de gran valor e importancia en la vida, como para perder el tiempo con tonterías innecesarias. El egoísmo es la base de este tipo de carácter y por lo tanto, a la larga, lo único que una persona así puede encontrar es la tristeza. La perfección no existe en este mundo, es una irrealidad. Vivir en la fantasía, es eso fantasía y el alimento de una mente aniñada e inmadura.
Me encantó el pergamino!!!! lo voy a imprimir!!!
Me parece muy atinado abordar este tema en el que corremos el riesgo de caer muchos, especialmente cuando se trata de observar las cosas de los demas.
Es más el perfeccionista corre no sólo el riesgo de quedarse sólo sino de ser tremendamente infeliz consigo mismo.
Tampoco hay que pasar al otro bando, a la apatía, sino que hay que buscar un punto medio. Cada uno tendrá el suyo, pero para encontrar nuestro punto, hemos de revisar qué pasa a nuestro alrededor, que sentimientos nos causa, reflexionar sobre qué no es aceptable y en qué se debe hacer la vista gorda. Y luego, perdonarnos y empezar cada día de cero, olvidándonos de los errores que cometimos o se cometieron ayer y callarnos un poquito a la hora de ser críticos con los demas.
Hola a todos,
Un excelente relato del perfeccionismo, pero entendiendo que todo en exceso en perjudicial,
Es verdad lo que indican la perfección no existe, lo que se busca es mejorar cada día más, pero entiendo que hasta donde te sientas a gusto contigo mismo.