Saber gestionar lo legal, lo moral, lo bueno y lo justo

SABER GESTIONAR LO LEGAL, LO MORAL, LO BUENO Y LO JUSTO

Saber gestionar lo legal, lo moral, lo bueno y lo justo

SABER GESTIONAR LO LEGAL, LO MORAL, LO BUENO Y LO JUSTONo todo lo que aparentemente es legal, es bueno y además puede ser a la vez justo y moral. Actualmente, no parece que hay garantías que unifiquen estos cuatro valores en muchas de las leyes vigentes. Saber gestionar las diferencias y las interferencias que existen entre lo legal, lo moral, lo bueno y lo justo en cada una de nuestras decisiones personales, familiares y profesionales, termina siendo un reto personal que intenta solucionar las complicaciones entre los diferentes enfoques que surgen al intentar conciliar estos cuatro valores fundamentales para la estabilidad de cualquier persona.
Algunas de estas leyes además son sexistas, ya que con su puesta en marcha no son iguales para todos las personas, sino que unas protegen o discriminan, a veces a las mujeres y también las hay que ningunean o favorecen a los hombres.
 

Normalmente son leyes que buscan amparar a la mujer o al hombre pero en muy pocas ocasiones a la madre o al padre de familia inmerso en un mundo social y laboral.

Los políticos presionan para que existan leyes al servicio de determinadas políticas familiares o sociales, con las que poder atraer unas veces el voto femenino y otras el masculino. Estas leyes tan particulares para unos o para otros ademas afectan en muchos casos a nuestro marco familiar.

A día de hoy, siguen aprobándose leyes que promocionan determinadas ideologías. ¿Quien nos iba a decir que tener una familia, y tener que enfrentarnos a las distintas situaciones familiares, casi nos obliga por tranquilidad, a tener en nuestra casa un ejemplar de la Ley del Menor y un manual sobre Derecho de familia?

Antes, en todas las casas, se tenía junto el Libro de Familia, una Biblia y una Enciclopedia Universal. Hoy han cambiado tanto las cosas que cualquiera de estos tres libros pueden ser obsoletos en un hogar, o simplemente ya no tienen lugar a estar.

Y sin embargo, nuestra biblioteca familiar la debemos judicializar para ser conscientes al menos de los limites que nos han impuesto las leyes intervencionistas de ahora, que quieren modificar nuestro pensamiento a la hora de trabajar o simplemente vivir.

La formación jurídica básica que ahora necesitamos nos debe servir para aclararnos en nuestra forma de pensar y en la forma de enfrentarnos a los problemas que arrastran la propia confusión de criterios morales que nos pueden producir algunos artículos de bastantes leyes hoy en vigor.

Empieza a ser importante, conocer los derechos que tienes en tu familia y también cuales son nuestras obligaciones y responsabilidades reales, en cuanto a la educación y la protección de los valores que quieres fomentar en tu familia.

¿Una familia libremente elegida y constituida, creéis que  necesita que le arbitren tanto su forma de vivir, trabajar, pensar o educar?

Las leyes están para protegernos y no para debilitarnos. No hay ley mas injusta que la que protege solo conveniencias o caprichos singulares. Al formar una familia, si hay compromiso de amar para siempre, hay mucho de lo legislado que nos sobraría. Muchas de las leyes nos recortan y aminoran nuestra capacidad de buen hacer y de querer sin mas.

Hoy todo puede ser relativo o estar bajo sospecha de…

Esta sociedad aparentemente libre, nos esta convirtiendo a veces, en unos meros usuarios de determinados artículos del código civil, en temas que en realidad nuestros código genético y nuestra natural capacidad, nos hace llevar impresa, sin acompañamientos legales, la necesidad de mantener nuestras vidas plenas y con grandes dosis de dignidad humana y de libertad.

¿Las leyes quieren ayudarnos de verdad? a los que de una u otra manera vivimos comprometidos, trabajando, siendo honrados, honestos con los demás, teniendo hijos responsablemente, y viviendo sobre los cuatro valores básicos que favorecen y perpetúan la vida en sociedad.

¿No será que este perfil de personas y sus familias, los políticos ya cuentan con que son un voto cautivo para algunos y que no tienen necesidad de darles mas apoyos y protección para él y los suyos como colectivo?

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Comments ( 3 )

  • Gerardo-Ángel

    Muy complejo parece, pero me quedo con querer y defender la familia en la medida que se pueda. Pido auxilio, esperanza y ánimo.
    LAS NORMAS, MORAL, BONDAD Y LA JUSTICIA se aprenden en la familia y no necesito nada escrito en el hogar, muchas veces ni hablado, aunque a mis hijos les interesa escribir mis promesas para que las firme, las notas y la carta a los Reyes Magos.
    HICE BIEN EN NO LEERME EL MATRIMONIO (he descubierto que es un contrato…)
    Gracias por el blog y los blogistas.

    • SARA-Sophya

      Hoy en día la vida que llevamos no invita a la reflexión y lo que nos imponen sus leyes partidista tienen la partida ganada. Es verdad que un buen matrimonio no esta en los papeles ni en los contratos sino en el compromiso pero las leyes han hecho invisible el compromiso. Si yo hubiera podido me hubiera gustado casarme solo por la Iglesia y no también por lo civil. Mi matrimonio no le sostiene el Estado precisamente. SARA

  • Maria

    No solo tenemos que luchar contra las propias rebeldias que en una familia pueden surgir (adolescencias, rabietas, caprichos, comunicación….), sino por aquellas que se nos imponen haciendo que parezcan que son buenas y que no tienen nada de malo, leyes, ambientes, costumbres, festividades….todos se creen con libertad de poder hacer y decir lo que quiera porque asi lo dice la ley y porque no es malo, pero mi pregunta es ¿y nos enriqueze en algo?, nuestro papel en la sociedad es enriquecerla, hacerla mejor, no intentar conformar a una sociedad que esta en su mayoria corrompida por esta tendencia de «pero si no es malo», del «no tengo tiempo para pensar», del «no es justo», ya no existe el Silencio, ese que nos hace pensar y escuchar a nuestra conciencia, esa que los padres intentamos educar a nuestros hijos para poder gritar todos juntos y sin verguenza ni complejos, «y mi justicia», » y mi derecho a educar a mis hijos como quiero», no quiero una justicia para ganar votos, no quiero una sociedad metodica, quiero la excelencia en mis hijos tanto afectivamente como personalmente y por eso lucho dia tras dia, sin complejos y les inculco esta rebeldia interior, tan sana y tan olvidada. Gracias Sara

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