Entender a mi marido cuando estoy embarazada, es vivir una aventura de los dos y para tres
Desde que supe que estaba embarazada y compartí la noticia con mi marido, he decidido vivir intensamente junto a él esta nueva aventura de los dos y para tres. Sé que ni todos los hombres son iguales, ni mi marido es diferente a otros, pero si sé que esta nueva aventura es única y exclusiva de los dos y para tres.
Sin embargo, estar enamorada de él y esperar un hijo juntos pueden no ser suficientes motivos como para saber vivir plenamente mi embarazo. Tengo que hacer -afectiva y sentimentalmente hablando- de mi gestación un «embarazo transparente y en coordinacion» con sus sentimientos. Porque el embarazo es cosa de los dos y para tres.
Sé que debo hacer el esfuerzo mental y físico para que se den las mejores condiciones para que «mi embarazo sea tan transparente que se convierta en nuestro embarazo». Pero este esfuerzo me dará los frutos de saber que debemos estar implicados en la misma aventura y congeniados durante todo este largo proceso.
- Como mi marido en nuestra relación suele ser más visual que auditivo, tengo que saber mostrarle paso a paso sincera y claramente las variaciones que se producen dentro de mí. Este tipo de comunicación va a ir a nuestro favor ayudándole a sentirse tan cerca como yo de nuestro futuro hijo.
- Mi marido en nuestra relación suele ser más racional que intuitivo. Por eso no debo esperar de él respuestas sonoras y emocionantes. Y sí que debo saber esperar de él respuestas reflexionadas a base de silencios, miradas o sonrisas sin más.
- Normalmente el cuerpo de mi marido actúa con movimientos menos armónicos e incluso más fuertes o bruscos de los que yo hago con el mío. Debo saber que para que él pueda en mi estado tratarme con delicadeza, ternura y suavidad yo debo ayudarle esperando su cambio, teniendo paciencia y comprensión.
- Como mi marido normalmente ante cada situación nueva y en este caso nuestro embarazo, va a desear convertir la aventura en un nuevo reto difícil de interiorizar sino es gracias a mi empatía le costará acoplarse desde su incompleta perspectiva en nuestro embarazo.
- A mi marido normalmente le cuesta conmoverse fácilmente ante las situaciones nuevas. Por eso debo conseguir emocionarle con nuestro embarazo con argumentos positivos y que estén basados en experiencias y estadísticas que nos hagan vibrar juntos ante la nueva realidad.
- Como mi marido habitualmente me busca en nuestras relaciones sexuales, en cada encuentro sexual, puede ser el mejor momento de darnos mutuamente la oportunidad de estar ambos lo más cerca físicamente posible al lado nuestro hijo durante cada relación intima. Con cada relación afectivo-sexual sé que se pueden despertar en él pensamientos contradictorios de miedo, cuidado, respeto y asombro ante mi estado corporal transitorio. Y debo saber ser la compañera, amiga y amante que le inspire confianza en sí mismo y en nuestra relación.
«Sé que durante estos 9 meses, yo soy la persona con más información privilegiada que nadie, sobre nuestro hijo en tiempo real».
Transmitir a mi marido de manera asertiva y afectuosa «cómo va… nuestro hijo» es parte del plus emocional que debo añadir a nuestra espera. Porque soy consciente de que mi embarazo es cosa de los dos y para tres.
También sé que tengo que tener cuidado de no retransmitirle sobre mi estado, solo lo urgente y lo accesorio o ciertas medias verdades. Debo comunicar siempre lo verdaderamente importante para compaginar con él, una espera lo más asertiva y empática posible. Así hago que mi «embarazo sea transparente» para los dos. Estando los dos de acuerdo en que mi embarazo es cosa de los dos y para tres, seremos también más conscientes cada día pasa de que nuestro hijo es:
«Muy querido y muy deseado con independencia de si ha sido o no buscado»
En esta aventura, tenemos los dos una causa en común:
«Esperar el nacimiento de nuestro hijo, queriéndolo y deseándolo a través de un trato en común transparente y excelente»
Si queremos que mi embarazo sea cosa de los dos y para tres, mi marido debe estar al tanto de mi salud y mis sentimientos. Mucho más y antes que mi madre, mis amigas o incluso mi ginecolog@.
Si queremos que mi embarazo sea de los dos y para tres, cambiar de talla, o no verme los pies durante unas semanas no será solo un tema de aceptación físico sino que será un tema aceptacion emocional en tiempo real.
Si mi embarazo es de los dos y para tres, sé que no estoy sola. Porque si se transmitir que lo que yo siento es parte de los tres estaré muy bien acompañada.
Que mi embarazo sea de los dos y para tres me hace saber que no soy solo yo dueña del nuevo hijo. Físicamente puede parecer que solo es mío porque está dentro de mí. Pero la realidad es que cada uno de nosotros tiene un 50% del total de la carga genética de nuestro hijo.
«Si sumamos carga genética, responsabilidad familiar, comunicación afectiva y asertiva de la pareja, seremos con mi embarazo protagonistas de la bien llamada NUEVA PATERNIDAD GLOBAL» |