Los padres tenemos que saber elegir con quien queremos estar los mejores momentos de nuestra vida y qué queremos aportar a nuestra familia
El ocio no debe ser un negocio para las familias. Que quede claro que no tengo nada en contra de todos los negocios dedicados al ocio individual, colectivo, cultural, colegial, etc. Pero en todo lo que se refiere al consumo del ocio familiar/infantil y/o juvenil, tengo mis reservas. Me explico:
Si la diversión familiar está basada en utilizar servicios externos para alcanzar la diversión en nuestra familia, es cuando debemos estar casi todos de acuerdo en que solo la diversión pagada, como único camino para que la familia disfrute de su tiempo libre, «es un autentico error»
¿Por qué hay que salir a consumir ocio a cualquier precio? ¿Es que los padres ya no tenemos recursos creativos suficientes para no tener que estar gastando dinero en el tiempo libre de nuestros hijos?
Solo está en nuestras manos sembrar la verdadera felicidad de nuestros hijos a través del ocio familiar enlatado
¿De qué manera?
Empezando por cambiar nosotros los padres nuestros hábitos de vida social basados también en el consumo permanente para poder divertirse. Parte de la cultura del despilfarro y el consumismo tiene su origen en el mundo de los adultos.
¿Por qué?:
Porque hemos decidido ignorar que los recursos naturales son infinitos y no nos paramos a pensar en el daño irreversible que a lo mejor provocamos divirtiéndonos.
Porque estamos convencidos de que la felicidad está en tener y en acumular como símbolo de ostentación social.
Porque lo que hace daño a un adulto hace daño a un niños y aprender a vivir en austeridad es tarea de todos y se enseña desde la más tierna infancia.
El tiempo que no dedicamos a nuestros hijos lo compramos a terceras y cuartas personas a precio muy alto. «La infancia perdida entre cosas pero sin padres»
La sobreprotección y el excesivo cuidado de nuestros hijos se utiliza para limpiar nuestra conciencia de no ser como padres los que deberíamos estar con ellos. La sobreprotección externa les hace a los hijos dependientes e inmaduros. Esto debido al exceso de vigilancia contratada y de manera exhaustivamente exigida, ya que «el que paga manda».
Los padres sabemos de sobra que cada uno de nuestros hijos son únicos e irrepetibles aunque sean gemelos, con lo cual el riesgo de impartirles un ocio masificado lo único que produce en ellos es un pensamiento único a la hora de poder divertirse. A todos los hijos les terminan gustando los mismos juegos electrónicos, los mismos personajes, los mismos centros de ocio, teniendo la mascota de moda, las mismas palomitas cuando van al cine, la misma oferta de hamburguesa cuando les lleváis al Burger.
Si esto es peligroso para su individualidad y madurez, mas peligroso es cuando uno de vuestros hijos se sale del sistema de diversión implantado y se «aburre» con lo que todos se divierten. Entonces se piensa «nuestro niño debe ser un niño raro, porque dicen los monitores que no se adapta, que no se divierte como los demás» y lo único que ocurre es que:
tu hijo al ser irrepetible se enfrenta al sistema de ocio por querer ser feliz a su manera
Crear un nuevo modelo antisistema de diversión familiar no es un problema que lo haya desencadena la crisis actual, sino que en gran medida es un problema que nos hemos creado los padres al entender que el ocio consumista, es mucho mas divertido y menos cansado que el saber utilizar nuestros propios recursos afectivos y familiares para también divertirnos juntos.
A base de comprar ocio hemos dejado de:
- Crear ocio dentro nuestra casa y nuestro entorno mas próximo.
- Disfrutar de la compañía de padres e hijos sin mas.
- De pasear para hablar con tus hijos.
- Reírnos de nuestros chistes o nuestros fallos.
- Contarnos historias antiguas de la familia.
- Aburrirnos y perder el tiempo viendo las estrellas o la luna llena tirados en el suelo una noche de verano.
- Regalaros tiempo de no hacer nada para que nos dediquemos simplemente a observar el lenguaje no verbal y corporal de las personas de la familia que viven con nosotros.
Si no hacemos del ocio una actividad familiar, cuando vuestros hijos crezcan, serán mayores pero sin haber adquirido raíces en su familia. Sin que los hijos hayan disfrutado de tiempo en común con los padres y al llegar la adolescencia, lo lógico es que la calle les aporte mucho mas que su «aburrida y lejana familia» con la que nunca se paró a contar estrellas en una noche de verano y buscarán su diversión vagabundeando sin ningún rumbo fijo por centros comerciales en la compañía de su móvil y sus amigos igual de solos y aburridos que el/ella.
Los hijos adolescentes no entienden porque van a quedarse con sus padres, si nunca se han llegado a divertir junto a ellos durante toda su infancia. Sus padres le compraron compañía y diversión en un ocio enlatado que en muchos casos les hacia mas felices a los padres que a a los hijos.
Orientaciones para el buen ocio antisistema paterno-filial:
- El sol, el aire libre y la propia naturaleza sin mas extras son los principales elementos para organizar nuestro verano familiar.
- Sin prisas disfrutar del tiempo libre es mas fácil y esto debe ser una meta preferente de todos durante el verano.
- Nuestros hijos no deben ser para los abuelos todo o casi todo el verano.
- Aunque nuestros hijos tengan muchos primos, y amigos con los que estar tienen que permanecer largos espacios de tiempo con su madre y su padre en exclusiva y sin nadie mas externo a la familia nuclear.
- La playa no es el mejor espacio para disfrutar todo el verano padres e hijos sino se practica al tiempo algún deporte. El vuelta y vuelta no lleva a ningún puerto sano.
- Los cruceros no son el mejor medio para con vuestros hijos en verano. Es más, los cruceros se deben evitar teniendo hijos adolescentes. Es la cima del consumismo sin limites de comida, diversión, horarios. Y es la antítesis de una buena educación en limites y en valores tan necesaria para cualquier adolescente.
Os recomiendo vivamente este enlace sobre padres e hijos en vacaciones.
Síndrome postvacacional de padres e hijos
EL TIEMPO LIBRE Y EL OCIO EN LA FAMILIA
Colegio Grazalema Jerez de la Frontera-Cádiz
Sesión organizada por el AMPA del colegio y dirigida a las madres y padres del Colegio Grazalema
Síguenos en Instagram: @GabineteSophya
Gracias por traerlo a cuento ahora que vienen las vacaciones. A veces nos dejamos arrastrar por la corriente y cuando vemos que ya no se puede seguir, te das cuenta de que la imaginación se te ha estrechado.
Aún con adolescentes a los que hemos acostumbrado al ocio consumista, creo que aún se pueden hacer cosas juntos que les divierta. Es hora de salir de picnic y llevar un balón, de salir a pasear después de cenar, de jugar a las cartas con ellos, de jugar al paddle en familia… simplemente hay que proponérselo.
¡Qué bien nos viene que nos recuerdes estas cosas, Sara!.
Tienes razón Sara,
Nosotros, en verano, jugamos bastante al parchís y la verdad es que nos divertimos mucho. A toda la familia nos gusta este juego y, por las noches, hacemos verdaderos campeonatos. Mis cuñadas también se han aficionado y es uno de los alicientes que tiene nuestro veraneo.
Veraneamos en un pequeño pueblo del Pirineo navarro y como en verano los días son mas largos, da tiempo a hacer de todo: ir a Misa, trabajar, pasear, tratar con familiares y amigos y ¡jugar al parchís!.
Gracias por el link Sara. Me gustan las ideas y proposiciones diferentes. El término anti-sistema no me disgusta pero me gusta más un sistema que funcione, el problema es que la calaña política que sufrimos nos ha hecho dejar de confiar en el. De nuevo gracias, saludos!l 26/06/13 14:14, Alberto Monís Corzo.