¿Demasiados regalos en Navidad?,
cómo afecta a los niños y cómo equilibrarlo.
La Navidad y los Reyes Magos son momentos mágicos para los niños, llenos de ilusión y alegría. Sin embargo, en los últimos años hemos visto cómo se ha incrementado la cantidad de regalos que reciben, generando una acumulación que en ocasiones abruma tanto a los padres como a los propios niños.
Esta abundancia de juguetes y objetos plantea preguntas importantes sobre el impacto que tiene en el desarrollo emocional de los más pequeños y sobre cómo podemos encontrar un equilibrio para que disfruten realmente de estas fechas.
Los efectos de recibir demasiados regalos
Cuando los niños reciben una gran cantidad de regalos en Navidad, pueden experimentar un fenómeno conocido como “saturación sensorial” o «hedonismo adaptativo». Esto significa que, al recibir más regalos de los que realmente pueden disfrutar, se acostumbran rápidamente a ellos y su entusiasmo se diluye. El resultado es que tienden a valorar menos lo que reciben, ya que deja de ser una novedad y algo exclusivo y único.
Este exceso puede reducir su capacidad de gratitud y hacer que sientan menos satisfacción con lo que tienen. Además, recibir demasiados regalos puede afectar su habilidad para concentrarse en una actividad, y puede hacer que se frustren ya que rodeados de tantas opciones, pueden saltar de un juguete a otro sin disfrutar realmente de ninguno.
Impacto en el desarrollo emocional de los niños
La Navidad es un momento ideal para enseñar a los niños valores como la paciencia, la gratitud y el aprecio por las cosas que tienen. Sin embargo, cuando reciben una cantidad desbordante de regalos, estos valores desaparecen.
Los niños pueden llegar a asociar la Navidad únicamente con el recibir y no con el compartir o el disfrutar en familia.
Al estar expuestos a una constante gratificación inmediata, pueden perder interés en el juego creativo o en actividades en grupo. Los juguetes, aunque estimulantes, pueden volverse poco significativos y hacer que el niño valore más los objetos materiales que el tiempo y las experiencias con sus seres queridos. Como padres y educadores, es importante ayudarles a encontrar un balance entre la alegría de recibir regalos y la importancia de valorar el tiempo compartido y las experiencias de la época.
Consejos para una Navidad equilibrada
A continuación, comparto algunas ideas para ayudar a los padres a gestionar la cantidad de regalos que reciben sus hijos, manteniendo la ilusión navideña sin caer en el exceso:
- Calidad sobre cantidad: Optar por unos pocos regalos seleccionados con esmero en lugar de una gran cantidad. Pregúntate qué regalos tendrán un verdadero valor para el niño, ya sea por su valor educativo, creativo o emocional.
- El método de los 4 regalos: Esta estrategia propone regalar a los niños cuatro cosas: algo que necesiten, algo que deseen, algo para leer y algo para usar. Este enfoque permite cubrir diferentes necesidades y deseos sin caer en el exceso.
- Involucrar a la familia: Hablar con los abuelos, tíos y otros familiares para establecer un límite en la cantidad de regalos. Puedes sugerir que, en lugar de regalos individuales, hagan un obsequio conjunto o consideren dar regalos en forma de actividades, como una salida familiar o un taller para los niños.
- Regalos educativos y de calidad: Optar por regalos que fomenten el desarrollo personal, como libros, juegos de construcción, juegos de mesa o kits de arte. Estos regalos no solo entretienen, sino que también ayudan a desarrollar habilidades de pensamiento crítico, creatividad y socialización.
Alternativas a los regalos materiales
En lugar de llenarlos de juguetes, puedes optar por regalar experiencias que los niños recordarán y valorarán con el tiempo. Las experiencias compartidas, como una salida a un parque, una visita al zoológico o un viaje familiar, pueden ser mucho más significativas que cualquier juguete. Este tipo de regalos también ayuda a que los niños valoren el tiempo de calidad con sus padres y hermanos, fortaleciendo los vínculos familiares.
También puedes considerar actividades como talleres de arte, clases de música o actividades deportivas. Estas opciones no solo entretienen, sino que promueven el desarrollo de habilidades y el descubrimiento de nuevas pasiones.
El valor de enseñar a dar, no solo a recibir
Navidad es una época ideal para enseñar a los niños la importancia de dar y compartir. Involucrarlos en acciones de caridad, como donar juguetes que ya no usan o participar en actividades benéficas, les ayuda a comprender que la Navidad es mucho más que recibir regalos. Al enseñarles a valorar el acto de dar, les ayudamos a desarrollar empatía y generosidad, cualidades fundamentales para su crecimiento emocional y fomentando el aprecio por lo que tienen.
Conclusión
Encontrar el equilibrio en la cantidad de regalos que los niños reciben en Navidad puede ser un reto, pero también es una oportunidad para enseñarles valores importantes. Limitar el número de regalos y priorizar la calidad y el significado de estos ayudará a los niños a apreciar más lo que reciben, desarrollar gratitud y aprender a disfrutar del tiempo en familia. Con un enfoque consciente, los padres podemos fomentar una Navidad en la que los regalos sean solo una parte de la celebración, y el verdadero valor de la Navidad esté en el amor, la gratitud y el tiempo compartido.
Por último, estas fechas suelen ser estresantes para los padres, ya que estamos abrumados con la lista de cosas que tenemos que hacer: preparar la ropa para los niños, tener los regalos a tiempo, cumplir con las obligaciones y citas familiares.. Poner en práctica estas pautas también nos ayuda a nosotros como padres a no perder el norte y disfrutar de estas fechas dando importancia a lo que realmente la tiene.
Por Inés Poch, psicóloga infantil.