Las enfermedades no entienden de edades ni de circunstancias… Además, cuando la enfermedad asoma, no suele pedir permiso para que la dejemos entrar, se presenta y ya está. Más tarde o más temprano, según se mire, todos terminamos padeciendo a lo largo de nuestra vida una o varias enfermedades más o menos graves. El abanico de posibilidades, en cuanto a enfermedades posibles es muy variado pero sobre todo muy rico en matices y si no que se lo pregunten a los médicos de familia y especialistas.
Cada enfermedad va a depender, no solo de un buen diagnóstico y su consiguiente tratamiento y de como atiendan a los demás, sino que también va a depender, muy primordialmente «de como va a ser capaz, el enfermo de enfrentarse a su enfermedad»
Como habitualmente las personas vivimos en familia, las enfermedades las pasamos habitualmente rodeados de nuestros familiares más próximos.
«Cuando una enfermedad se asoma por la ventana de nuestra casa, todos los miembros de una familia debiéramos formar parte de un todo»
Cuando la enfermedad toma cuerpo en nuestro hogar, independientemente de la levedad o gravedad de dicha enfermedad, todos deberíamos tener en cuenta varias consideraciones que hagan más fácil y posible vivir de igual manera atendiendo al enfermo y sin que se altere la armonía familiar.
Reflexiones para la persona enfermo adulta y consciente:
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- Las enfermedades nunca llegan en el momento oportuno pero para nadie….
- La curación de las mismas, no siempre se cumple en el tiempo que te dicen muchas veces es mucho menos de lo que en principio te pronosticaron mientras no haya nuevas complicaciones.
- Las limitaciones por enfermedad, ni el enfermo ni los familiares debemos interpretarlo como carencias sino solo como limitaciones temporales.
- El verdadero protagonista de la enfermedad es el propio enfermo no quienes le cuidan.
- El derecho a la intimidad es del enfermo no de quienes le cuidan.
- Los «derechos de autor» de la enfermedad, desarrollo y consecuencias es del enfermo mientras no pierda su capacidad de pensamiento y decisión.
- Hoy en día estar enfermo no tiene que ser sinónimo de sufrir dolores, habla de ti y como te sientes con objetividad y te podrán ayudar mejor a paliar los efectos de tu enfermedad.
- Pide ayuda a quien te cuida, siempre que lo necesites, con cariño y afabilidad.
- Pide consuelo personal y espiritual siempre que lo creas necesario, para tu paz interior.
- Sopesa y reflexiona cual es tu posición dentro de la familia y analiza cuales son las repercusiones de tus actitudes ante tu enfermedad, sea cual sea.
- Una enfermedad tanto si es accidental, crónica o mortal, no debe condicionar nunca tus actitudes y solo en algunos casos puede limitar tus aptitudes y/o derechos.
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«Ríndete positivamente ante las aptitudes pero nunca ante tus actitudes, que van a ser parte de tu calidad de vida mientras estés enfermo»
Para los familiares que cuidan al enfermo:
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- No quejarse ni lamentarse del momento en el que se ha asomado la enfermedad por la ventana de nuestra casa, nunca nos parecerá que ha sido el momento más oportuno…
- De nuestra paciencia para esperar la mejora de nuestro familiar enfermo, va a depender que la persona enferma, lleve mejor su situación sin sentirse un estorbo….
- Si las limitaciones del enfermo nos limitan, organízate mejor en función de la nueva situación pero no digas nunca: que cansad@ estoy del nuevo lió de vida que tenemos….
- Si la persona que cuidas en un buen enfermo que sabe pedir ayuda cuando realmente la necesita, no es necesario que le sobre-protejas en exceso, porque le limitas no solo física sino personalmente.
- Si es de los que no sabe pedir bien la ayuda que necesita, entonces arrímate más a el y ayúdale a que sepa decirte que necesita de ti.
- Aunque estuvieras las 24 horas a su lado porque lo necesitara, eso no te da ningún derecho sobre la intimidad de su enfermedad y su forma vital de asumirla. Déjale que hable de su enfermedad a quien quiera y como quiera y no como a ti te gustaría y a quien a ti te gustaría que lo hiciera.
- Tu sabes demasiado sobre la trascendencia de su enfermedad, cuida con prudencia y discreción lo que hablas sobre la persona a la que cuidas.
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Todas las personas que cuidan a un familiar, debemos sopesar cual es nuestra posición en la familia y nuestra relación con el enfermo, es fundamental conocer cual debe de ser tu grado de implicación como cuidador y tu actitud ante el enfermo.
«Si eres alguien muy cercano es básica tu actitud para su recuperación o su tiempo de enfermedad»
No dramatices pero tampoco te pongas una coraza de frialdad para parecer que no te afecta lo que de verdad te esta afectando. Busca un equilibrio entre fortaleza y consuelo que favorece un ambiente muy positivo alrededor de la persona enferma: Cuídalo simplemente «queriendo quererle» todos los días.
Los familiares de un enfermo es ahora más que nunca cuando tenemos que recordar un principio básico del amor entre los que forman una familia:
«A las personas de tu familia se las quiere por lo que son, no por lo que tienen o no tienen»
En este caso puede que la persona enferma no tenga salud, pero la salud es solo parte de lo que hace con su vida. El cuerpo es el complemento necesario y perfecto para la persona, pero solo es un cuerpo, lo importante es lo invisible que hay detrás del cuerpo: La persona
El ámbito espiritual de la persona junto con su actitud, son las facetas más importantes de cualquiera de nosotros, tanto en la salud como en la enfermedad. Precisamente en momentos de enfermedad tanto la actitud como la espiritualidad fortalecen en gran medida las expectativas de mejora y colaboración ante el desarrollo de cualquier enfermedad.
Aparentemente cuidar a un niño enfermo es fácil y hasta gratificante para el que le cuida, y una de las razones de porque al niño es mas fácil y agradable de cuidar que un adulto, por muy enfermo que esté y nos de mucha pena sus limitaciones, es por la sencilla razón de que el niño vive el presente, sin pensar en su pasado y sin pensar cual será su futuro, solo confía en quienes le cuidan y espera…
Si algo se hace difícil cuando se cura a un adulto, es que mientras le cuidan su actitud se basa en querer controlar el presente y al tiempo no parece que pueda evitar pensar que puede tener ya más pasado que futuro. Haciendo del ambiente que le rodea «tierra quemada» e intoxicando el ambiente con su actitud.
«Ante la enfermedad, tenemos los adultos mucho que aprender de los niños»
Nadie nos enseña a ser un buen enfermo, ni a ser un buen cuidador de enfermo. Los médicos y cualquier personal sanitario, sabe que la colaboración activa por parte del enfermo «entregado a ello en cuerpo y alma», es vital para su progreso y posterior curación.
«La temperatura del alma tanto del enfermo como del que le cuida, debe formar parte importante del tratamiento y la recuperación de la persona enferma» |
Hola, he tenido la suerte, que veo ahora y no entonces,de cuidar a mi esposo enfermo,que ya no está entre nosotros. He aprendido mucho de este tiempo , que fué largo y duro, pero también especial. Es cierto que no vino en buen momento, la enfermedad,pero ahora, pasados ya tres años, tampoco lo sería. Nunca es bueno el momento.
Este tiempo nos acercó a Dios a toda la familia,especialmente a él. Pidió ayuda espiritual y la tuvo, y gracias a Dios pudo morir como un santo, intentando cumplir la voluntad de Dios y rodeado de todos los que le queremos.
Que Dios le tenga en su gloria.
Un abrazo Sara y muchas gracias.
Buenos dias Sara,
Queria preguntarte qué debemos hacer para afrontar a aquellas personas que, estando por encima de nosotros en la vida profesional, no entienden la importancia de querer estar con la familia, de vivir compaginando trabajo y familia, aunque poniendo siempre en primer lugar la familia. Cuando todos los dias tienes que enfrentarte a un feje/a, para el que solo parece existir el trabajo…¿como debe afrontarse eso para que no afecte a tu vida pedrsonal y por tanto a tu vida familiar?. Parece que si quieres irte a una hora prudente a casa (mas tarde del que deberia ser tu horario) estas haciendo algo mal, porque siempre hay mas trabajo que hacer y te da la impresion de que el trabajo es lo mas importante, y aunque para mi no lo sea, termino machacada…nunca parece ser suficiente… Como debemos actuar para que este tipo de personas no te influyan tanto teniendo en cuenta que son tus jefes? Muchas gracias.
Hola Begoña:
Las personas que no valoran ni parece interesarles la vida de familia de sus trabajadores o compañeros de equipo, suel ocurrir bien porque esa persona puede tener un problema de identificación en su rol dentro de la familia, es decir no tiene espacio ni hueco en su propia familia; o bien son de los que piensan que si no se dedica a trabajar esta perdiendo el tiempo.
El ritmo que esta adquiriendo la importancia de conciliar tu vida profesional, familiar y de ocio, no nos debiera permitir pensar en el trabajo presentista como uno trabajo eficaz.
Las grandes y pequeñas empresas punteras en la buena aplicación de los Recursos Humanos entre sus empleados, saben a cierta ciencia que la eficacia y rentabilidad de sus empleados debe conceder un espacio vital fundamental entre sus empleados y su familia. Una persona feliz en su vida privada trabajara mas y mejor sin necesidad de «calentar la silla» del despacho.
Por el cariño a los tuyos y la protección a tu familia y a ti misma, dile a tu jefe que uno no vive para trabajar sino que trabaja para vivir, y que aunque la crisis nos va a obligar a todos «a trabajar mas por menos», eso no implica «agrandar mas» la agenda profesional que la familiar.
Y recuérdale cuando lo creas oportuno que todos somos sustituibles y a veces hasta prescindibles, incluso los jefes o propietarios. Es un problema de unos cuantos años. Dentro de 50 años , tu jefe tu y yo estaremos «calvos» y sin embargo la vida seguirá funcionando y no se parara ni para el entierro de cada uno de nosotros.
Que si quiere ganar en calidad de vida, disfrute de los suyos un poco mas que seguro que le compensará.
SARA-SOPHYA
Extraordinarias reflexiones que todos deberíamos conocer ya que o bien nosotros mismos o en nuestros familiares las vamos a vivir .
Ayuda mucho para salir adelante como bien dices la actitud. Y el respecto a la dignidad humana de la persona enferma que todos debemos respetar.
enhorabuena y difunde lo lo mas posible.
Me alegro de que te sirva la reflexión como tu hay mucha gente que les esta siendo muy útil aunque no lo quieran publicar. La difusión no solo debe ser mía sino también de todos los que conocéis este blog y lo seguís. siente mantengo la misma linea de pensamiento se hable de lo que se hable: La persona su dignidad y su libertad. Cuento contigo para seguir difundiendo otra forma de pensamiento que no es precisamente la políticamente correcta pero si muy respetuosa con los valores y los ideales.SARA/SOPHYA
Muchisimas gracias Sara, me han servido de mucho tus reflexiones. Un fuerte abrazo.
Sara como siempre me identifico con tus reflexiones. Tuve un cáncer cuando tenía 20 años, hace ya un ratito y mi familia fue mi fuerza.
Sé que es difícil cuidar a un enfermo, que sufren más los que te quieren que tu mismo y que si hay amor, las adversidades son menos.
Ahora yo soy madre y comprendo a la mía mejor. Doy gracias a Dios por tener los padres y hermanos que tengo y trato de imitar el modelo.
Begoña te entiendo y creo que conciliar la vida laboral y la familiar es difícil y ello es así porque cada vez hay gente más desarraigada que no tiene «casa» a la que volver. En Europa nos dan mil vueltas.
Un fuerte abrazo