No es lo mismo creer en el otro, que comprender al otro, pero los dos valores si pueden ser compatibles cuando se ama
La distancia que hay entre creer y poder comprender al otro se mide por el amor del uno al otro. Ser creíble facilita el poder ser comprensible. Cuando el creer y el comprender esta en función del amor, debemos esforzarnos en ponérselo fácil al otro y procurar no confundirle con demasiada frecuencia.
Para poder comprender las emociones y los sentimientos del otro, necesariamente hay que antes haber creído en el otro. Hay veces que la fe en el otro, no parece suficiente para comprenderle y nos puede hacer tambalear la confianza incondicional que creíamos tener en el otro.
A lo largo de nuestra vida en común, hay veces que las personas no sabemos administrar bien nuestras emociones y pasiones, provocando en nosotros conductas y reacciones impropias de una inteligencia emocional bien gestionada, repercutiendo directamente en el otro, convirtiendo al otro en la víctima de nuestros sentimientos y con ello bloquear nuestras formas habituales de pensar, creer, comprender y resolver dentro de nuestro buen trato conyugal.
Sí uno llega a ser consciente de que en determinados momentos ha podido llegar a actuar por compresión o por compulsión en vez de por convicción, para seguir siendo creído y comprendido, es entonces cuando debemos compensar esta debilidad de manera inteligente y lo antes posible.
Lo increíble deja de ser comprensible hasta para el que te ama, y quizás no se lo merezca
La falta de conciencia de algunas de nuestras debilidades, nos puede impedir actuar en conciencia, y si te observas verás que con frecuencia actúas, solo a la defensiva de no se sabe quien o que, pero que por si acaso tu e justificas defendiéndote.
Actuar por comprensión o compulsión, limita al otro a comprenderte por convicción, porque en realidad estas formas ocasionales de actuar te hacen poco creíble para los que te observan y además te quieren. Es entonces cuando nuestra conciencia nos debe pedir urgentemente un esfuerzo racional de ser capaz de elevar nuestros actos para volver a actuar
En conciencia y a conciencia como tu sabes hacerlo cuando quieres y controlas tus sentimientos
Esta forma de re-procesar tus actos para que lo increíble y/o lo incomprensible pueda favorecer el seguir creyendo en el otro, es el mejor método positivo y útil para la convivencia y la recuperación del buen trato conyugal. Tampoco debemos caer en la trampa de que lo no creíble y lo incomprensible en el otro, sea un ataque personal del otro.
Cada uno de los dos puede hacer que algo pueda volver a ser creíble y comprensible, y esto solo es posible gracias a la generosidad de los que se respetan y se aman. Gracias al amor mutuo puedes hacerse que los errores del otro no te afecten a tu trato conyugal, pero por pensamientos de elevación.
Creer parece menos visible que comprender, pero los dos son dos factores invisibles en la convivencia. Comprender es entender al otro con un amor racional y lleno de pensamientos humanos donde cabe y se enriquece el amor. En el matrimonio creer en el otro es apostar por la mutua comprensión.
Cuando solo comprende uno de los dos, hay uno de los dos que no se siente querido.
En el matrimonio no se puede convivir y amar al mismo tiempo sin creer y comprenderse también al mismo tiempo. Creer en tu matrimonio y en tu pareja no es una ciencia exacta, pero tampoco es algo solo espiritual. En el matrimonio se necesita creer y comprender para poder amar para siempre.
¿Para creer y comprender al otro necesitas que te convenzan demasiado? o ¿crees y comprendes al otro, solo cuando todo lo ocurrido es comprensible y perfectamente demostrable?
La incredulidad y la incomprensión mutua ahoga el buen trato conyugal, consecuencia natural del buen amor
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En mi opinión su apreciación se queda corta pues debe completarse con el deseo y la acción necesarias para hacer que el otro MEJORE, si esto no se consigue es que no se quiere bastante.
Eugenio Gil-Villen
excelente!!!!