Detrás de un alto índice de fracasos matrimoniales, uno de los dos o los dos padecen conductas asociadas a una inestabilidad emocional.
La convivencia íntima y cotidiana con personas que viven con una limitación emocional por inestabilidad provoca, entre otras cosas, un estrés que deriva en una permanente sensación de alerta entre la pareja y sus convivientes.
Las personas con inestabilidad emocional son personas sin habilidades sociales para tratar adecuadamente tanto con su pareja como para la relación con su entorno. No saben interpretar el lenguaje verbal y no verbal de los demás. Por esto, acaban emitiendo mensajes inadecuados o confusos. Su percepción es, en muchos casos, errónea y procede de una mala interpretación de lo que hacen o dicen demás.
Algunas de estas personas son así desde que son pequeños . Durante su crecimiento evolutivo, les faltó observación y aprendizaje para saber responder adecuadamente y con sabiduría natural a las demandas de comunicación procedentes de su entorno más próximo. Y, dado que reciben e interpretan mal la información, emiten mal su respuesta, lo cual, en la mayoría de los casos, lleva a la desesperación y al agotamiento de los que conviven o trabajan con dicha persona.
Con los años, estas personas llegan a sufrir con respecto a su entorno sentimientos de aislamiento o de rechazo social. Esto crea una evidente inestabilidad como producto de un aprendizaje reactivo automático que se fortalece cada vez que siente que la gente le rehúye o no comprende sus reacciones.
Si esto se produce en la intimidad de una pareja, ese rechazo no solo emocional sino también afectivo. Esto puede convertirle, además en una persona con una autoestima muy fragilizada, a expensas del momento o las circunstancias.
Esta afectación viene de lejos. Normalmente no surge a raíz de tener una pareja. Probablemente, ya antes, esta persona ha tenido problemas de relación en la escuela, en el trabajo o con amigos ya adultos.
La falta del control de la ira ante una información que no sabe cómo gestionarla en positivo, le suele llevar a frustraciones y fracasos a nivel social, laboral y sentimental.
“Son personas que sufren y hacen sufrir a los demás, por su inestabilidad”
Son personas con alta sensibilidad a los comportamientos de los demás y suelen sobre-reaccionar como respuesta cuando se sienten mal con algo que les haya ocurrido y a lo que no han sabido dar una salida ni inteligente ni racional.
Los 5 rasgos más habituales de las personas con inestabilidad emocional son:
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- Se toman las cosas como algo personal y se convierten en el eterno/a ofendido/a de manera desproporcionada. No caen en la cuenta de que el origen de la tensión puede estar en él/ella mismo/a.
- Son personas que se mueven mejor en las rutinas ya que los cambios o imprevistos le suelen afectar física y emocionalmente. Además, sus reacciones son muy impredecibles y casi siempre desproporcionadas a los hechos.
- Para estas personas no suele haber tiempo para la reflexión, ya que actúan de manera impulsiva. Cuando se dan cuenta de las consecuencias, que no es siempre de inmediato, intentan pedir perdón de manera muy poco empática y asertiva. Por esto, no suelen arreglar el choque que han producido tanto en tu pareja como en tus hijos y/o familia o en tu entorno social.
- La compulsión irreflexiva no solo queda reflejada en sus relaciones, sino que también se ve en la toma de diferentes decisiones que van desde la compra compulsiva o la venta innecesaria de algo.
- En su relación de pareja, pueden tratar al otro como alguien desconocido si no cuadra con sus planes. También pueden llegar a boicotear un plan si su pareja no está a su lado.
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Los problemas más comunes que la persona inestable produce al tomar decisiones en pareja, con hijos u otros familiares y amigos:
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- Pueden sentirse incapaces de hacer planes en pareja, fijar metas u objetivos familiares que se lleguen a cumplir ya que la organización de dichos planes conlleva una serie de mini-decisiones y preparativos imprescindibles para llegar a los objetivos planeados. Es en este punto donde la persona inestable puede crear grandes conflictos y decepciones entre su pareja o los hijos.
- Si tu pareja es inestable (que no es lo mismo que despistado/a), puede que se le olvide una fecha, hacer una reserva o llevarse las llaves que se necesiten para que el plan funcione. En ocasiones, el plan puede no salir adelante por su falta organizativa y de memoria. En esos casos, buscan lavar su error culpando a otros y les cuesta mucho asumir su falta de compromiso real con un plan.
- Los conflictos se crean porque su falta de atención a los demás y de organización para planes con los demás no ocasional, sino sistemático. Se olvidan de celebraciones y eventos familiares, pago de facturas, tareas del hogar no realizadas o inacabadas.
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«Fallarle a tu pareja va creando “falta de confianza, decepción e incluso que el otro/a se sienta infravalorado/a.”
Consejos para vivir en pareja con personas inestables que son, sin duda, personas complejas en su fuero interior y, por ello, dificultan la convivencia:
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- Dar especial prioridad a una buena comunicación matrimonial.
Para ello, deben hablar menos de manera intensa y compulsiva y aprender a tener una mutua escucha positiva y un lenguaje asertivo para no hacerse mutuamente daño en las conversaciones. No deben entrar en juicios de valor, para facilitar la comprensión y la resolución de conflictos
“Hablar menos y escucharnos más y mejor”
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- La persona de inestabilidad emocional debe valorar de manera especial a su pareja.
Si valoras a tu pareja por ser tu mejor compañera posible en tus carencias, debes tener de forma regular planes o citas con dicha persona y esforzarte en descubrir maneras de divertirte con ella, a pesar de tus carencias emocionales.
En el día a día, hay que trabajar en pareja el agradecimiento y la admiración mutua por las cosas que se hacen y salen adelante.
«Hay muchas formas de demostrar el aprecio en una relación conyugal que van desde detalles en el sofá, en la mesa o en la cama».
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- La persona inestable era ya así cuando la conociste o cuando empezaste a conocerla.
Y esa es la persona de la que te enamoraste, te comprometiste y te casaste y formaste una familia. Esta forma de interactuar contigo, no debiera ser una sorpresa, sino una conducta bastante instaurada o predecible en vuestra NOSOTROS.
Por esto, ante los conflictos o complicaciones, no es útil quejarse de estas carencias como un desequilibrio nuevo entre ambos, suelen ser conductas que ya se conocían y se aceptaron mutuamente y se están intentado hacer compatible con una vida en pareja sana y saludable.
Hay historias de amor que, pudiendo terminar siendo incompatibles, si ambos se comprometen a trabajar juntos las carencias (diagnóstico completo de la inestabilidad, medicación, terapia, ejercicio, cursos de relajación), se puede vivir siendo compatibles entre los dos y con el resto de la familia.
Es preciso comprender y aceptar a la persona emocionalmente inestable con la que convives y te casaste. Comprenderle no consiste en negar su carencia o pensar que puedes cambiarle, sino en acompañarle en su proceso personal evitando que se produzcan malentendidos, errores de entendimiento, agresividad verbal, física o material contra sí mismo o contra el otro/a. En cuanto a los hijos, es preciso tener claro que son sagrados.
Es decir, no se les puede someter a una tensión vital por vuestra mala gestión en el trato en común.